Hill
Street Blues tiene el honor de estar considerada la serie policiaca que marcó
un antes y un después en su género, al revolucionar por completo el esquema
narrativo que imperaba en la mayoría de series policiacas de la época, carentes
de cualquier tipo de atisbo innovador ancladas en ciertos clichés y convencionalismos
de los que costaba salirse. Con ella dio inicio la época dorada de la
televisión norteamericana, al sentar las bases por las cuales se mantiene la
ficción televisiva actual. La serie más compleja vista hasta el momento,
construida a base de las historias personales y descarnadas se suceden en una
comisaría, donde los capítulos dejan de ser auto concluyentes, para extenderse
en el tiempo por medio de tramas que se van interrelacionando reforzando el
aspecto humano y coral de la serie, y cuyo desarrollo tiene lugar a través de
un ritmo envidiable que consigue sorprender y mantener en vilo al telespectador
consta ntemente.
Steven Bochco fue el principal artífice y uno de los creadores de Hill Street Blues.
La
idea surge cuando el presidente de la NBC, Brandon Tartikoff, decide encargar a
dos jóvenes productores, Steven Bochco y Michael Kozoll, la creación de una
nueva serie que cambiase por completo el concepto del género policial y así
poder plantar cara ante las producciones de su principal rival la CBS. Fue la
primera serie en contar con un presupuesto de un millón de dólares por
episodio. Su estreno tuvo lugar a mitad de temporada en abril de 1981 y con
continuos cambios de horario, lo que provocó unas audiencias realmente bajas.
No así la crítica que la acabó aclamando, hasta el punto de otorgarle ocho
premios Emmy por su primera temporada. Lo cual no pasó desapercibido al
telespectador, consiguiendo que en la segunda temporada se multiplicara el
número de seguidores hasta lograr consolidarse en la parrilla televisiva, logrando alcanzar siete temporadas
(1981-1987) y un total de ciento cuarenta y seis episodios en la NBC. A parte
de batir el record como serie norteamericana más premiada a lo largo de la historia
con más de cien galardones. En España fue emitida por primera vez en TVE1 en
1988 durante el prime time de los domingos bajo el título Canción Triste de
Hill Street, en base a la traducción literal se hizo del título Hill Street
Blues, en vez de Policías de Hill Street, lo que hizo se le dotara de un mayor
significado y carga poética.
Comisaría de Hill Street.
Sus
creadores tuvieron claro desde el principio que el principal protagonista de la
serie sería la propia comisaría, por ello decidieron dotar a la serie de un
gran elenco de actores secundarios y poco conocidos, tratando de evitar quitar
protagonismo al lugar de trabajo, que era el verdadero epicentro. También se
huyó mencionar en todo momento la ciudad a la que pertenecía dicha comisaría.
El nombre de Hill Street fue tomado por su creador Steven Bochco de el Distrito
Hill, que estaba cerca de donde había estudiado cuando era joven. Aunque su
grabación se realizó principalmente en Los Angeles y en algunos exteriores de
Chicago, incluyendo su comisaría de policía.
Entre
el reparto estaba el capitán Frank Furillo (Daniel J. Travanti), jefe de la
comisaría, destacó por su liderazgo entre el grupo siendo capaz de elevar la
moral y confianza de sus compañeros, por su gran profesionalidad y efectividad
resolviendo los casos, además de su carácter diplomático. En el personaje de
fiscal del distrito y amante de Furillo estaba la bella Joyce Davenport
(Verónica Hamel), inolvidables fueron cada una de las escenas íntimas
protagonizaron ambos, con las que se ponía fin a cada episodio. Estos dos
personajes y el sargento Phil Esterhaus (Michael Conrad), constituían el núcleo
central de la serie, hasta el punto de marcar el comienzo y final de cada
capítulo. Pero especialmente emotivo fue cuando la enfermedad de cáncer
padecida por Michael Conrad fue introducida como una de las tramas de la serie
afectando a su personaje, siendo testigos de su degradación física en la serie
por voluntad del propio actor, que quiso estar al pie del cañón hasta el final.
El episodio de su muerte en la cuarta temporada: ‘Grace under pressure’, está
considerado uno de los mejores de la historia.
También
estaban la pareja de policías Renko y Hill (Charles Haid y Michael Warren),
siempre enfrentados o, la agente Lucy (Betty Thomas), llegando esta última a
despertar gran interés entre el colectivo lésbico al denotar cierta
masculinidad en demostrar que era gual de valiente y eficaz que cualquiera de sus
compañeros masculinos.
Entre
los personajes más singulares se encontraba el sargento Belker (Bruce Weitz),
un verdadero sabueso en el sentido mas amplio del término, solía moverse por
las calles y barrios más conflictivos de Hill Street pasando bastante
desapercibido ante los traficantes de droga y delincuentes de poca monta por su
aspecto e indumentaria mas propia de un vagabundo que de un agente del orden.
Por otra parte estaban los detectives de paisano, el fracasado y adicto al
alcohol y juego LaRue (Kiel Martin), el tranquilo y sabio Neal Washington
(Taurean Blaque) o, el bondadoso detective Goldblume (Joe Spano); aparte del
comprensivo y trabajador teniente hispano Ray Cayetano (René Enríquez) y el
autoritario teniente Hunter (James B. Sikking), responsable de los equipos especiales
de asalto de la comisaría.
Mítica cabecera de la serie Canción Triste de Hill Street.
La
serie fue ganando en cada temporada, hasta alcanzar su cenit creativo en la
cuarta temporada. A partir de entonces, y tras la marcha de su creador Steven
Bochco durante la sexta temporada, unido a la muerte de cáncer de Michael
Conrad, obligó a tomar la decisión de no estirar la serie más de lo necesario,
poniendo fin a la misma con su séptima temporada. El último capítulo constituyó
el mejor colofón para una de las mejores y más galardonadas series de la historia de la televisión, con
un incendio que destruyó la comisaría, pero apagado el fuego y entre los
escombros los policías siguieron con su trabajo porque sabían que era su
obligación, sin ninguna heroicidad mayor que la necesaria.