lunes, 10 de noviembre de 2014

La Tía de Frankenstein, una serie de terror atípica.


En los 80, cuando las tardes televisivas todavía estaban destinadas principalmente a un público infantil y juvenil, con programas y series de lo más imaginativo, sugerente y atrevido. Cabría destacar, la emisión de una serie de películas, cortos y miniseries del género fantástico en su mayoría procedentes de Centroeuropa, que a pesar de pasar algo desapercibidas, no impidió dejasen una huella imborrable al causar gran fascinación y entusiasmo en una parte considerable de la audiencia más joven de entonces, y que los años han llevado a convertir en espacios de culto.

Juraj Jakubisko

Es el caso de la miniserie La Tía de Frankenstein, una coproducción realizada entre varios países tales como Checoslovaquia, Austria, Alemania Oriental, Francia, Italia, Suecia y España, basada en la novela del mismo nombre de Allan Rune Peterson y dirigida por el cineasta eslovaco Juraj Jakubesko. Consta de tan sólo siete capítulos de cincuenta minutos de duración cada uno, y fue emitida por primera vez en España el 9 de noviembre de 1987 dentro del espacio juvenil La linterna mágica, los viernes a las seis y media a través de la primera cadena de TVE. Fue una de las producciones europeas más ambiciosas en las que participó TVE en aquellos años. Sobresalió por su excelente factura técnica. Tanto en lo que se refiere a efectos especiales, muy efectivos a pesar de no contar con los adelantos actuales. Como por su ambientación y escenografía al servir de inspiración un enclave idílico de Austria, como es el valle de Salzach y su castillo de Hohenwerfen, situado al sur de Salzburgo, que asemejaba a las montañas Cárpatos de Transilvania. Pero además destacó por su extraordinario elenco de actores, en su mayoría de diferentes nacionalidades como de países participantes en la miniserie. Cabría citar nombres como los de Viveca Lindfors, Gerhard Karzel, Barbara De Rossi, Eddie Constantine, Flavio Bucci, o Ferdy Mayne, entre otros. En el caso español, tuvo dos nombres destacados, el de Mercedes Sampietro en el personaje de Elisabeth (Dama Blanca) y Sancho Gracia en el de Juez.

El Castillo Hohenwerfen, situado en Austria. Se yergue por encima del pueblo Werfen, en el valle Salzach, a 40 km al sur de Salzburgo, cuya fortaleza sirvió de inspiración a la serie.

Una serie que supuso una reinvención de los mitos clásicos de terror hacia un sentido mucho más cómico y cercano a los cuentos de hadas, donde sus personajes de monstruos y fantasmas ya no causan miedo sino que resultan entrañables y más humanos que los propios seres humanos. Fue creada desde la perspectiva de un niño, que tiene su reflejo en la serie en el personaje de Max, un pequeño huérfano que vive en un circo, pero un día abandona cansado de los continuos maltratos que recibe, el destino le lleva a dar con una nueva familia, la de los monstruos y fantasmas del castillo de Frankenstein.


En el castillo de Frankenstein reside el Barón Henry Frankenstein un inventor alocado, nieto del Dr. Frankenstein, junto a una serie de personajes pintorescos como el conde Drácula, un casanova aunque torpe en su forma de seducir a las jóvenes doncellas al tratar de conseguir su sangre. La condesa Elisabeth, la Dama Blanca, bastante malhumorada al vivir presa de una maldición, tras recibir la condena de su padre por el amor que sentía por Igor, su mayordomo. Éste volvió a la vida después de ser ahorcado por el conde Theo, un ser etéreo que suele ocultarse en una armadura, pero también en uno de sus retratos, y al que se le iluminan los ojos cada vez que se manifiesta. También está Alois el fantasma del agua que habita en el lago y suelo moverse por las alcantarillas, tiene bastante trato con la tabernera del pueblo a la que lleva el pescado a cambio de bebida. El Barón Wolfskehl, bibliotecario y hombre lobo por las noches, a pesar de querer controlar sus transformaciones, estas se hacen inevitables. Y por último, está Sepp, el genio del fuego creado por Henry, es bastante independiente y bromista, capaz de provocar explosiones y llamaradas al transformarse en una bola. A todos ellos, Henry pretende sumar una nueva criatura que llamará Albert, al unir el cerebro de una eminencia con el cuerpo más robusto hallados. Lo que provocará el temor de los habitantes del pueblo más cercano, que encabezados por Sigfrid Schmied, un herrero obsesionado por la confección de bombas, deciden asaltar el castillo para impedirlo. Pero justo en el momento del asalto, Albert ya había cobrado vida y Henry huido a casa de su tía Hanna Frankenstein. Sin embargo, esta alarmada por los acontecimientos se adelanta a su llegada, y ataviada de puro en boca se planta en el castillo. Vista la situación, decide permanecer en el, tratando de buscar el apoyo de los monstruos y fantasmas lo habitan, con el fin de tratar de reconducir la vida de Henry y poder reconciliar con los habitantes del pueblo. Aquellos acceden ya que ven la oportunidad para salir de la condena de soledad en la que habitan, pues en su deseo está poder normalizar sus vidas entre los habitantes del pueblo, tras varios intentos frustrados por conseguir la amistad y compresión de aquellos. Pero la cosa se complica, cuando en Albert surgen sentimientos de amor hacia una joven del pueblo llamada Klara y estos son correspondidos, en contra del deseo de su madre la señora Karch la farmacéutica del pueblo, que por interés quiere casar con Hans el hijo del alcalde. Hasta que la tía Hanna Frankenstein visto el escaso éxito ha tenido con su sobrino Henry decide instituir como heredero a Albert.


Por último destacar su original banda sonora, compuesta por los hermanos Guido y Mauricio de Angelis, consiguieron dar a la perfección con el sentido cómico-tétrico de la propia serie.

martes, 7 de octubre de 2014

Connie Sellecca, la gran belleza televisiva de los 80.


Seguramente, Connie Sellecca no sea una de las mejores actrices, pero sí una de las más atractivas y populares para toda una generación de telespectadores de los 80, al protagonizar dos de las series más emblemáticas de la época como fueron El gran héroe americano y Hotel. Provista de un cuerpo esbelto que denotaba su elegancia, una cara aniñada con la que mostrar su ternura y unos hermosos ojos azules y amplia melena negra completaban su imagen delicada y radiante, y que a más de uno acabó por conquistar para siempre. 
 
Connie Sellecca en el telefilm Los abismos de las Bermudas 1978.
 
De origen italoamericano, desde muy joven sintió predilección por la interpretación. Esto hizo se ganase la vida como modelo, pues no le faltaban cualidades para ello, y así poder costearse sus estudios de interpretación. Su debut como actriz tiene lugar a la edad de veintitrés años en el telefilm de aventuras y misterio The Bermuda Depths 1978 (o Los abismos de las Bermudas), donde interpretaba a una joven bella y misteriosa sobre la que pesa una maldición. Una película que causó gran impacto especialmente entre los adolescentes de la época, considerada en círculos norteamericanos como de culto. Le siguieron: la serie Azafatas en el aire, el telefilm Capitán América basada en el famoso superhéroe de Marvel, o la continuación televisiva de la película de ciencia ficción Almas de metal, Beyond Westworld (Más allá de Almas de Metal), y en las que no tuvo gran éxito.
 

Fue a partir de 1981 cuando alcanza gran popularidad gracias a la serie El gran héroe americano, al interpretar a una joven y bella abogada cargada de gran sensatez llamada Pamela Davidson que junto al agente Maxwell (Robert Culp) acompañaban en sus aventuras a Ralph Hinkley (William Katt), un profesor de secundaria convertido a superhéroe, tras recibir de unos extraterrestres el encargo de salvar el Planeta de su autodestrucción, haciéndole entrega para ello de un traje rojo hecho a su medida y provisto del correspondiente manual de instrucciones, por el que se le dotaba de una serie de poderes extraordinarios. Sin embargo, dicho manual lo acaba perdiendo, lo que originará las situaciones más pintorescas y cómicas al tratar de dominar los poderes del traje cada vez tiene que acometer una nueva misión.
 
Connie Sellecca y William Katt en la serie El gran héroe americano.
 
La serie El gran héroe americano resultó bastante original en cuanto a su planteamiento al parodiar con gran acierto el mundo de los superhéroes, y por lo que logró, sin embargo, un mayor éxito en Europa que en USA. Fue producida por la cadena estadounidense ABC, contó con un total de cuarenta y tres episodios repartidos en tres temporadas entre 1981 y 1984. En España pudo verse por primera vez en el verano de 1984.
 
Connie Sellecca y James Brolin en la serie Hotel.

Sin embargo el punto más álgido a su carrera lo alcanzó con la serie Hotel, donde interpretó a Christine Francis, una bella y efectiva relaciones públicas del lujoso hotel St. Gregory, y que protagonizó junto al que era el director del hotel Peter McDermott (James Brolin) uno de los escarceos amorosos y mas arrebatadores se recuerdan de la pequeña pantalla, sirviendo de hilo conductor principal para el resto de situaciones y tramas se desarrollaron entre los demás empleados y huéspedes del hotel.


La serie Hotel fue una creación de Aaron Spelling para la cadena estadounidense ABC, inspirada en la novela de Arthur Hailey, la cual fue llevada al cine en 1967 bajo el título de Intriga en el gran Hotel, logró situarse entre las producciones más exitosas de la ABC de los 80, alcanzando gran éxito tanto dentro como fuera de EE.UU., contó con cinco temporadas y más de ciento diez capítulos entre 1983 y 1988. En España pudo verse en TVE durante las sobremesas entre esos mismos años.
 

La fama conseguida con su personaje de Christine en la serie Hotel, le llevó a acaparar las portadas de las principales revistas femeninas y su imagen pasó a ser sinónimo de elegancia y buen gusto, convirtiéndose en una de las actrices más atractivas y mejor pagadas de la pequeña pantalla.
 
Connie Sellecca y Greg Evigan en la serie Contacto en California.
 
Ya finalizada la serie Hotel, la pudimos ver de nuevo como protagonista en la serie policíaca P.S. I Luv U 1991 (En España conocida por Contacto en California), en la que interpretaba a Wanda Talbert, una estafadora reconvertida en agente secreto de la policía, así como, en la serie Segundas oportunidades (1993-1994). Sin embargo, su estela se fue desvaneciendo poco a poco sin conseguir desprenderse de su personaje de Christine de la serie Hotel.
 
 
A pesar de ello consiguió mantener su presencia en la pequeña pantalla durante los 90 y principios del 2000, al participar en unos cuantos telefilms basados en hechos reales. Mientras se introdujo en el mundo de los negocios con gran éxito creando su propia marca de productos de belleza Sellecca Solutions. También posee varios restaurantes en Washington, un equipo fútbol americano Los Ángeles de Nueva York, su propia Fundación de ayuda a gente mayor y desde 2010 cuenta con un programa semanal de radio dedicado básicamente a la salud Intelligence For Your Health. Todavía a sus 58 años sigue estando considerada como una las actrices mejor pagadas y como una de las mujeres más sexy del mundo.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Gloria Fuertes, la poeta de los niños.


Hubo un tiempo en que la programación infantil era el gran baluarte de la creatividad en televisión, multitud de espacios y programas de lo más diverso eran capaces de despertar la curiosidad, imaginación y espíritu crítico de los más pequeños. De aquellos programas sobresalieron algunos de los personajes que marcaron a varias generaciones de telespectadores. Entre los que cabe destacar a una mujer, algo mayor, de apariencia masculina, provista de unas lentes, corbata y con voz grave, pero capaz de ganarse la amistad y complicidad de los más pequeños nada más comenzar con su saludo habitual: ¡Hola chicos!, para a continuación recitar algún poema de su creación. Me refiero, como no, a Gloria Fuertes.
 

La popularidad que alcanzó Gloria Fuertes, sobre todo a raíz de sus apariciones en televisión, recitando poemas y cuentos a los más pequeños, le valió el calificativo de poeta de los niños, condición de la que nunca renegó, como muestra, en su deseo siempre estuvo el poder acercar su obra sobre todo a los más pequeños, aún a costa de dejar pasar más desapercibida su literatura para adultos, más personal y comprometida, pues fue una de las poetas femeninas de posguerra más destacadas, encuadrada en lo que algunos llamaron postismo, aunque ella siempre se reivindicó a si misma como yoista o glorista. La explicación a su gran implicación con los más pequeños tal vez haya que encontrarla en su niñez, cuando se le negaba lo que más ansiaba y era poder dar rienda suelta a su imaginación a través de la escritura. No tuvo más remedio que llevar a cabo a escondidas de su familia, sobre todo de su madre, ya que el deseo de esta era que aprendiese de modista. A lo cual, Gloria siempre se negó, dado el espíritu libre que le caracterizó en su desafío constante ante cualquier tipo de convencionalismo.
 

Aunque ese interés por las letras le viene de niña, de no ser por la tragedia de la Guerra civil no hubiese escrito, como ella misma reconoció. Así, con catorce años comienza a dar forma a sus primeros versos, con quince ya los recitaba en la radio, y con diecisiete escribiría su primer libro de poemas Isla Ignorada, aunque no vería la luz hasta 1950. Con diecinueve comenzó a trabajar como oficinista y contable, y nada mas finalizar la guerra participó en varias revistas infantiles, en las que publicó sus primeros versos y cuentos, y alumbró las primeras historietas de una niña de nueve años y un niño de seis, mas conocidos como Coleta y Pelines, alcanzando gran éxito entre el público infantil. Ya en los 50 da comienzo a una de sus etapas más prolíficas que le llevó a seguir publicando, a destacar su Antología y poemas del suburbio 1954, sus colaboraciones y la creación de su propia revista Arqueros. Sin embargo su obra literaria llegó a ser mas conocida y estudiada fuera, sobre todo en Latinoamérica y EE.UU., que en España. Esta circunstancia y aprovechando un beca que recibe la lleva en los 60 a EE.UU. para dar clases de literatura en la Universidad Bucknell de Pennsylvania.
 

A su regreso en plena década de los 70, empieza a realizar una serie de colaboraciones en programas infantiles de TVE como Un globo, dos globos, tres globos o La cometa blanca. En ambos, realizaba una pequeña sección en la que trataba de llamar la atención de los más pequeños, en su deseo de despertar su curiosidad e imaginación, a través de la lectura de algún poema de su creación, construidos a través de rimas sencillas y juegos de palabras fácilmente asimilables por aquellas mentes en ciernes, y desde los que poder transmitir con humor el significado de temas universales como el amor, la amistad, la solidaridad, la paz, la soledad, la muerte, la injusticia, etc. 
 
 
A partir de entonces la actividad de Gloria Fuertes fue imparable  lecturas, recitales, homenajes, publicaciones, hasta que llegó un momento en que su presencia pública fue cada vez menor hasta casi desaparecer por completo. En septiembre de 1998 se le diagnostica un cáncer de pulmón que acabaría con su vida, nos queda su recuerdo y lo que es más importante toda su obra.

sábado, 5 de julio de 2014

Ángeles Martín, 'sin vergüenza'.


Ángeles Martín, cuando la vi por primera vez en televisión presentando aquel concurso llamado Sin vergüenza, tuve claro que aquel derroche de simpatía y marcado carácter desinhibido ante las cámaras -aunque seguramente no dejaba de formar parte de un guión bien aprendido- le haría llegar muy lejos. Y no me equivoqué, desde entonces no ha hecho más que trabajar, aunque no lo parezca, lo suyo ha sido la interpretación con mayúsculas, que le ha llevado a tener que dosificar sus apariciones en televisión al ver que se desmedía su popularidad y amenazaba con abalanzarse sobre ella, para así poder crecer profesionalmente, sobre todo, como actriz de teatro.
    

Licenciada por la Escuela de arte dramático y danza de Madrid, inició en 1985 su carrera profesional en el teatro con la obra La Revoltosa, al año siguiente participará en la serie Segunda Enseñanza de TVE,  y a partir de 1988 debuta en el cine de la mano de Giménez Rico con la película Soldadito español, además de realizar varias colaboraciones puntuales en programas como Vip Noche de Telecinco o Cajón desastre de TVE.

  
Sin embargo, no tardó en ser uno de los rostros habituales de la pequeña pantalla sobre todo a partir del verano de 1992 al asumir durante casi un año la presentación de un nuevo y divertido concurso diario de poco más de media hora de duración que se emitía en TVE1 tras el Telediario 2. Un concurso que como su propio nombre indica Sin vergüenza, era toda una proclama al atrevimiento y descaro, y que la propia Ángeles trataba de incitar, con gran desenvoltura y naturalidad, sobre los propios concursantes de plató por medio de las más curiosas y atrevidas pruebas, algunas de las cuales se realizaban desde el exterior, consistentes en diferentes retos a los que eran sometidos gente anónima de la calle. Especialmente recordado fue aquel: ¿Lo hará o no lo hará?, con el que Pepe Rubianes acababa sometiendo a consideración de los propios concursantes. Aparte estaba La báscula móvil, Muestra humana, Al pie de la letra, o La jaula de los globos, este último realizado desde el propio plató.
  
Ángeles Martín junto a Paula Vázquez en el concurso La vuelta de la fama.

En pleno apogeo y tras un nuevo resurgir de los programas de cámara oculta en televisión, la dirección de TVE decidió confiar en Ángeles Martín la presentación de Secretos de Familia, un programa de cámara oculta ideado para competir directamente con otro programa del mismo género se emitía en Antena 3, pero que no consiguió el resultado esperado. Aún así, TVE no decayó en su intento y de nuevo confía en Ángeles para la presentación de otro espacio de cámara oculta No me lo puedo creer, donde en cada programa acudían como invitados dos famosos que a su vez habían ejercido como ganchos en las bromas, y a diferencia del anterior, sí consiguió una mayor aceptación entre la audiencia. Le siguió La vuelta de la fama, un nuevo concurso que presentó junto a Paula Vázquez y que se emitió mientras duró la edición de la Vuelta ciclista a España de 1994 , estructurado  en torno a un personaje famoso que participaba cada día en un juego con preguntas sobre la carrera, y lo ganado se donaba a una asociación benéfica. La idea había surgido de Unipublic y TVE con el objetivo de relanzar la ronda ciclista española, la cual había perdido seguimiento en comparación a otras como el Tour de Francia o el Giro de Italia.
  
 Ángeles Martín ejerciendo como presentadora del jurado al Festival de Eurovisión en la edición de 1993.
  
Por otro lado, destacar que fue presentadora del jurado en el Festival de Eurovisión en las ediciones de 1993 y 1994, así como de varios programas especiales de TVE, entre los que cabe citar varios especiales Disney y uno de los especiales de humor Muchas Gracias de TVE.
 
Ángeles Martín en el personaje de Celia de la serie Colegio Mayor.
 

Aún así tuvo tiempo para asumir algunos personajes en diferentes series de televisión desde comienzos de los 90 que se acrecentó una vez que decide aparcar su faceta de presentadora. La pudimos ver en series de TVE como Los jinetes del alba 1990, Tercera planta inspección fiscal 1991, Chicas de hoy en día 1991-1993, Colegio Mayor 1994-1996, o Aquí hay negocio 1996. Mismo año este en que formó parte del reparto de la película Libertarias de Vicente Aranda junto a Victoria Abril y Ana Belén, entre otros.
 
Ángeles Martín junto a Eva Hache en la obra teatral Fisterra.

Desde finales de los 90 viene manteniendo una trayectoria constante sobre los escenarios, representando sobre todo a los clásicos. Entre las obras más significativas: su primer papel protagonista en la obra Café cantante 1997 de Antonio Gala compartiendo cartel al lado de Nati Mistral, o su personaje de Nora en Casa de muñecas 2001 de Ibsen, de los que guarda mayor recuerdo. Más reciente, es la obra Fisterra de Ferrán González, que viene representando junto a Eva Hache, y en la que se nos ofrece toda su vis cómica.
  
 Ángeles Martín en el personaje de La Chali de la serie Yo soy Bea.

A pesar de su prolífica carrera teatral tuvo tiempo para realizar algunos papeles en varias series de televisión como Este es mi barrio 1997 de Antena 3, Querido Maestro 1998 de Telecinco, o Diez en Ibiza 2004 de TVE. Si bien, entre 2008 y 2009 adquirió gran popularidad con su personaje de La Chali en la serie Yo soy Bea de Telecinco.

Ángeles Martín junto a Ramón García y Las Hurtado durante una actuación en el programa Telepasión de TVE.
  

domingo, 8 de junio de 2014

Doctor en Alaska, una serie fuera de lo común.


Considerada por algunos como la mejor serie de la historia de la televisión, Northern Exposure, en España mas conocida como Doctor en Alaska, es una serie norteamericana de comienzos de los 90, creada por John Falsey y Joshua Brand para la cadena CBS, contó con seis temporadas y ciento diez episodios. En nuestro país pudo verse por primera vez a través de La 2 de TVE, y a pesar de su hora de emisión, entorno a la medianoche, y los continuos cambios de día, no impidió se convirtiera en una de las series más emblemáticas de la segunda cadena de TVE en toda su historia, al alcanzar grandes cotas de audiencia, siendo repuesta en varias ocasiones, y que los años ha convertido en serie de culto.


Doctor en Alaska cuenta la historia de un joven doctor neoyorquino que se ve obligado a trasladarse a un pueblo remoto de Alaska llamado Cicely, donde tendrá que desenvolverse en un entorno que le resultará de lo más ajeno. La serie nació sin grandes expectativas, pues sus creadores, John Falsey y Joshua Brand habían propuesto a la CBS ocho capítulos iniciales con los que cubrir los meses de verano, a cambio de tener plena libertad en su deseo de experimentar con algo nuevo y diferente dentro del panorama de la ficción televisiva. El período estival por entonces en televisión se caracterizaba por las continuas reposiciones de series. El que irrumpiera una nueva serie que a su vez parecía desmarcarse en estilo narrativo y planteamiento al resto de series, despertó enseguida la curiosidad del telespectador, hasta conseguir  una enorme aceptación tanto de público como reconocimiento entre la crítica. Esto llevó a la cadena CBS a renovar la misma para sucesivas temporadas, consiguiendo revalidar su éxito por cada una. Lo que la hizo merecedora de un Emmy en 1992.  Sin embargo, a partir de la cuarta temporada coincidiendo con la entrada David Chace como nuevo productor, unido a las reivindicaciones económicas del actor principal de la serie Rob Morrow, y la consiguiente menor presencia de su personaje. Hizo que la serie fuese bajando en audiencia, hasta su cancelación en la sexta temporada.


Banda sonora de Doctor en Alaska creada por David Schwartz.

Pero, en qué radicó realmente el éxito de Doctor en Alaska. En primer lugar cabría apuntar el hecho de que era una serie que se escapaba de lo habitual en lo que a la ficción televisiva se refiere. Tanto su historia, al no seguir una línea argumental sino que partía de la creación de los propios personajes, como su escenografía encuadrada en un pueblo remoto y agreste de Alaska llamado Cicely, resultaron de lo más novedoso. A lo que añadir una comunidad habitada por unos personajes que no cabría reducir a buenos y malos, sino que cada uno albergaba una personalidad diferente y singular, cuando no extravagante, y cuyos comportamientos resultaban imprevisibles e inexplicables para el advenedizo Dr. Fleischman, dificultando su integración a pesar de su empeño. La sorpresa era una constante en cada uno de los episodios, llevándonos a las historias más absurdas y disparatadas que uno se puede imaginar, pero que en Cicely encajaban perfectamente con su idiosincrasia, donde la anécdota se convertía en categoría y motivo de reflexión. Sin olvidar también los diálogos inteligentes, ingeniosos e irónicos con los que sus habitantes revestían sus historias cotidianas.


Tampoco era casual que un animal como el alce ocupase un lugar tan preeminente como el hecho de figurar en los créditos de la serie, haciendo de él la imagen identificativa de Cicely. Un mamífero que cuenta con una de las morfologías más raras dentro de la familia de los cérvidos, y aunque en apariencia resulte inofensivo, sin embargo, es imposible de domesticar. Nada mejor que el mismo alce para simbolizar la forma de vida y costumbres de aquel pueblo remoto y extraño de Alaska llamado Cicely.


Pero, nada mejor que acercarse a las individualidades para poder comprender mejor el conjunto conformaba los habitantes de Cicely. Y comenzamos por su principal protagonista el joven doctor Joel Fleischman (Rob Morrow). Este nada mas finalizar la carrera de medicina, se ve obligado a trasladarse a Cicely, un pueblo remoto de Alaska, que en nada se asemeja a la que es su ciudad Nueva York, como tampoco, a su forma de ser y pensar racional y científica frente a la de los habitantes de Cicely, más irracional y surrealista para su forma de ver. Esto determina que adopte un comportamiento neurótico y un tanto obsesivo al no conseguir adaptarse. Aunque su personaje irá evolucionando a lo largo de la serie. A partir de la cuarta temporada su presencia se fue haciendo cada vez menor en contra del resto de personajes que fueron adquirieron mayor relevancia.

Maggie y Joel protagonizando alguno de los momentos de mayor tensión sexual.

Junto a el está la piloto Maggie O’Connell (Janine Turner), una mujer independiente, que decide abandonar una vida cómoda y fácil como miembro de una destacada familia aristocrática de Michigan, para comenzar una aventura por tierras de Alaska, hasta terminar en Cicely, donde mantuvo varios noviazgos frustrados hasta que conoce a Joel, con el que mantiene una complicada y constante relación de amor-odio. Tenemos también a Maurice Minnifield (Barry Corbin), un astronauta retirado y convertido en empresario, de carácter prepotente y conservador, está obsesionado con hacer de Cicely una de las ciudades más modernas y prósperas de Alaska. Su mejor amigo, Holling Vincoeur (John Cullum), es un cazador que tras colgar la escopeta decide regentar el Brick, el bar y centro social de Cicely, mientras vive una  historia de amor con una joven un tanto inocente e ingenua llamada Shelly Tambo (Cynthia Geary). También está Ruth Anne Miller (Peg Phillips), una entrañable anciana que regenta la única tienda de Cicely, o la recepcionista de la consulta del Dr. Fleischman, la nativa americana Marilyn Whirlwind (Elaine Miles), de carácter tranquilo y serio, no hacía mas que sacar de quicio a Joel con sus silencios y frases cortantes.

Chris reúne a la comunidad para mostrar uno de sus proyectos artísticos: lanzamiento de piano.

Entre sus personajes más singulares, está un joven indio llamado Ed Chigliak (Darren E. Burrows), de carácter introvertido e humilde, fue hallado abandonado por los nativos. Entre sus obsesiones está el cine, lo que le lleva a cartearse con importantes directores, con tal de poder implicar a Cicely en sus nuevos proyectos cinematográficos. Y no podemos olvidar a Chris Stevens (John Corbett), un ex delincuente, culto y de espíritu libre. Es el alma de Cicely y se refleja a través de sus proyectos artísticos y actividades comunitarias un tanto "disparatadas", con las que consigue implicar y unir a la comunidad. Así como, en su labor como locutor de la emisora local, con sus lecturas de poemas y disquisiciones filosóficas, servían como broche final a cada episodio.

Reflexiones de Chris, como locutor de la emisora local de Cicely.

No quisiese olvidar tampoco a otros personajes que aparecieron de manera intermitente como aquel músico obsesionado por el violín de lujo de Maurice, la dulce novia neoyorquina de Joel, y sobre todo aquella pareja de vagabundos excéntricos que no hacían mas que discutir por cualquier cosa.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Metrópolis, 30 años de vanguardia.


Metrópolis el espacio de La 2 dedicado a las vanguardias artísticas desde hace 30 años, conmemora su aniversario con una gran exposición organizada por RTVE y la Fundación Canal de Madrid, que estará presente hasta mediados de agosto, bajo el título Metrópolis, 30 años de vanguardia. La exposición cuenta con una videoinstalación compuesta por tres proyecciones dobles de gran tamaño en las que podremos observar la evolución de las principales tendencias culturas de estas últimas tres décadas. También ofrece terminales de navegación, donde el visitante puede acceder a un centenar de programas de Metrópolis. Además, en una sala de proyección, se muestra un cortometraje documental que repasa la historia del programa a través de las entrevistas realizadas a sus cuatro directores: Alejandro Gómez Lavilla, Marina Collazo, Alina Iraizoz y María Pallier, y los testimonios de numerosos expertos. La exposición se completa con doce obras que han sido creadas expresamente por sus autores para el programa, como homenaje a él gracias al vínculo se ha ido creando entre sus protagonistas y el propio programa.


Metrópolis, cuyo nombre se concibió como un homenaje a la película de Fritz Lang, surge de la necesidad por mostrar la actividad prolífica de los nuevos creadores junto a los diferentes movimientos y expresiones artísticas irrumpen a escala mundial desde mediados de los 80, y que por una serie de circunstancias no tenían cabida o reflejo suficiente en los informativos convencionales de nuestro país. Así, a partir del 21 de abril de 1985, Metrópolis traza un camino que le llevará a convertirse en el programa cultural de referencia de la Televisión en España, y me atrevería a decir internacional, al servir en un primer momento como principal escaparate y vínculo para creadores y artistas emergentes en todo tipo de disciplinas artísticas. Con los años, y debido a la profusión de las nuevas tecnologías, especialmente internet, se configuró como filtro en la selección de lo más destacado a nivel de expresión artística ofrece la Red y los nuevos soportes tecnológicos.


Un programa cultural que determinó la forma de hacer televisión en España. A pesar de contar con un formato difícil de definir. Pues ni es un informativo en el sentido convencional del término, tampoco un documental, ni un programa de investigación al uso, aunque la tarea del programa consista básicamente en investigar para después poder mostrar al telespectador. Lo que si es cierto, es un programa que siempre ha luchado frente a cualquier tipo de convencionalismo, lo cual se ha puesto de manifiesto en su búsqueda constante por lo más innovador y transgresor. De hecho no cuenta con presentador y son mínimos los comentarios se ofrecen al presentar el tema u obra artística, dando así el mayor protagonismo requiere la imagen, que es en definitiva donde radica la esencia del programa que, junto a su realización como postproducción, consiguen hacer de él una obra de arte en si misma. Desde hace algunos años, sin embargo, se ha optado por rebajar el nivel de su realización para realzar en mayor medida las creaciones presentadas. Como tampoco podemos dejar de destacar su gran valor institucional y didáctico, aparte de convertirse en verdadero programa de culto y objeto de colección para su público más fiel.


Metrópolis comenzó como programa semanal, aunque siempre relegado a la medianoche y con un horario bastante flexible, se centró por lo general en exponer un tema o autor en los veinticinco minutos que duraba el programa. A excepción del año 1986, en que pasó a ser diario y a contar con presentador, así de esta forma poder informar a los telespectadores y mantener al día de todas las expresiones y tendencias culturales y artísticas que se producen fuera de los circuitos comerciales. Una decisión que partió del entonces subdirector de informativos Ramón Colom, en un intento por acercar la cultura y arte contemporáneo, sobre todo, a los más jóvenes, y que mantuvo durante siete meses, para después volver a su duración semanal y formato primigenio, tras recibir la petición de muchos seguidores como  del equipo del programa.

Para finalizar, decir que este aniversario debe servir como reclamo ante la necesidad de poder contar en televisión con programas como Metrópolis. En palabras del que fue su primer director Alejandro Gómez Lavilla: Bendita la televisión pública por tener programas como Metrópolis.


sábado, 10 de mayo de 2014

Joan Collins, Alexis la bella malvada de 'Dinastía'.


Joan Collins será siempre recordada por su personaje de la malvada Alexis en la serie Dinastía, por el que consiguió gran reconocimiento y fama mundial en los 80. También hizo de el todo un icono televisivo, de los que marcan época, al ser precursor e inspirador de muchos otros le sucedieron en unos años en que se pusieron de moda los culebrones basados en las intrigas, celos y poder de familias acaudaladas, como máxima exaltación del capitalismo norteamericano de aquellos años, consiguiendo se exportara a medio mundo. Aunque Dallas fue el pionero, pronto se vio superado en glamour, lujo y ostentación por Dinastía, al satisfacer en mayor medida los anhelos y aspiraciones de parte de la sociedad norteamericana de comienzos de los 80, que trataba de superar una crisis económica, bajo la promesa de prosperidad había auspiciado Reagan al ganar las elecciones. 


Joan Collins, inglesa de nacimiento al igual que Elizabeth Taylor, con la que algunos han tratado de equiparar por su físico. Descubre muy joven su interés por la interpretación. Fue precisamente su padre agente teatral, su mayor baluarte para darse a conocer y abrirse camino en el teatro londinense, produciéndose su debut en 1945 con la obra La casa de muñecas. En el cine británico comenzó como figurante antes de participar en algunas películas con papeles secundarios.

Joan Collins en el personaje de Nelifer de Tierra de faraones 1955.

Hasta que en 1955 se traslada a Hollywood para rodar un par de películas, como fueron La muchacha del trapecio rojo de Richard Freischer y Tierra de faraones de Howard Hawks. Fue sobre todo gracias a esta última, por su papel de la pérfida Nelifer, donde adquiere cierto protagonismo al advertirse lo bien que le sentaban los personajes de bellas malvadas. Lo que motivó su continuidad en Hollywood al recibir varias ofertas como actriz de reparto, hasta que consigue un papel protagonista en 1960 con la película Esther y el rey, y dos años mas tarde en la comedia Dos frescos en órbita, junto a Bob Hope y Bing Crosby .

Joan Collins protagonizó Esther y el Rey 1960.

Aunque no logra el status de estrella, si pudo participar al lado de los más grandes actores del momento en decenas de películas durante los 60 y 70  a la vez que compaginaba con la televisión como actriz invitada de series de éxito como Star Trek, Batman, El Virginiano, Misión Imposible, Los persuasores, Espacio 1999, Starsky y Hutch, entre otras.

Joan Collins en la película El placer 1979.

Fue a finales de los 70 cuando sacó aún mayor partido a su físico al protagonizar dos películas de corte erótico basadas en dos de las novelas de su hermana Jackie, El semental y El placer, ambas de 1979.


A raíz de dichas interpretaciones un tanto subidas de tono, no tardaron en llegarle ofertas, como la del productor Aaron Spelling, al proponerle participar en la serie Dinastía de la cadena ABC en el papel  de Alexis Carrington, ex esposa de Blake Carrington (John Forsyhte),  un magnate del petróleo y multimillonario de Denver, Colorado. Su personaje, caracterizado por su maldad llevada a extremos insospechados, vendría a constituir el revulsivo en las tramas de una serie que tenía como aspiración superar en audiencia a su rival Dallas de la cadena NBC, que por entonces estaba batiendo records de audiencia.


En 1983, durante la segunda temporada, es cuando Alexis aparece en escena después de haber permanecido durante varios años alejada de su familia a causa de una infidelidad. Y lo hace para testificar contra el que fuera su marido Blake, acusado del asesinato del novio de uno de los hijos de ambos, Steven. A partir de entonces Alexis se convierte en la mayor enemiga de Blake, para lo cual maquinará lo imposible con tal de hacerse con su compañía, hasta el punto de lograr casarse en el último suspiro de vida con Cecil Colby, rival de Blake en los negocios de petróleo, del que pasará a asumir el control y presidencia de sus empresas, y en la que veremos a una Alexis transformada en ejecutiva, provista de lujosos vestidos, joyas carísimas, peinados despampanantes, así como, haciendo gala de las ostentaciones mas hilarantes como desayunar con champán y caviar o realizar sus desplazamientos en jet privado.


Esto hizo de ella la máxima representación del lujo y glamour de los 80 y un icono sobre todo entre el público femenino al ver a una mujer con tanto poder en un mundo de hombres, aparte de la forma en que esta los trataba, considerados como mero objeto de sus satisfacciones. De hecho, nunca recordaba el nombre de sus secretarios, todos hombres por cierto. También eran típicas las escenas en las que Alexis hablaba de negocios por teléfono mientras un hombre fornido la masajea, para después de haber colgado abalanzarse sobre él.


Pero Alexis no lo tuvo fácil, motivado por sus celos encontró en Krystle Grant (Linda Evans), la que fuera secretaria de su ex marido Blake y ahora esposa, la gran enemiga a batir tras su ex marido, llegando a protagonizar alguna de las peleas físicas entre mujeres más recordadas de la televisión, dando origen a lo que se conoció como catfights.

Una de las peleas más recordadas entre Alexis y Krystle de la serie Dinastía.

Joan Collins consiguió gracias a dicha interpretación un Globo de oro en 1983 y una nominación al Emmy en 1984, en ambas como mejor actriz de serie dramática. Pero además alcanzó la categoría de leyenda viva de la televisión por su personaje que no sólo le reportó reconocimiento y fama mundial, también importantes emolumentos, al pasar a ser considerada una de las actrices de televisión mejor pagadas, protagonizar portadas en revistas como Playboy, aparte de generar todo un merchandising de artículos entorno a su personaje, que incluso le llevó a iniciar una carrera como escritora con la publicación de su primera novela Prime Time en 1988.


Finalizada Dinastía en 1989, después de haber permanecido en antena durante nueve temporadas y un total de 217 episodios. En 1991, Joan Collins regresará de nuevo con su personaje para un especial que vendría a ser el colofón y cierre a la serie titulado Dinastía: la gran reunión.

Joan Collins en el personaje de Ronnie de la serie Roseanne.

Tras ello, su carrera profesional se fue desvaneciendo al verse afectada por el encasillamiento de el personaje de Alexis en Dinastía. Si bien, en los 90 aún pudo aprovechar los rescoldos de su éxito para participar o figurar como estrella invitada en series como Roseanne, La niñera o Pacific Palisades, además de aparecer en varios telefilms. También supuso su regreso a Gran Bretaña, donde realiza unas cuantas películas y obras de teatro, aunque la veremos con papeles secundarios.

Joan Collins en el personaje de Perla de la película Los picapiedra en Viva Rock Vegas 2000.

Pero para mayor desgaste, el que alcanza cuando pasa a estar a estar nominada a un Razzie como peor actriz secundaria por su personaje de Perla, madre de Wilma en todo un despropósito de película como fue Los Picapiedra en Viva Rock Vegas 2000. Joan Collins, a pesar de pasar por varias operaciones de cirugía estética con las que trató de mantener la belleza y glamour con las que cautivó y conquistó en los 80, sin embargo, a medida que pasaban los años su protagonismo se fue haciendo cada vez menor. Aún así, se la pudo ver en algún que otro telefilm u obra de teatro, además de protagonizar su propio espectáculo Una noche con Joan Collins y asistir a programas especiales conmemorativos como el celebrado por el 25 aniversario de Dinastía: Catfights & Caviar, o incluso, estrenar su propio reality show en televisión Joan Does Glamour, donde da consejo de estilismo a las mujeres.


Joan Collins de todos los reconocimientos y distinciones recibió a lo largo de su vida, hay una por la cual se siente especialmente orgullosa, y no es otra que el haber sido investida por la reina Isabel II con la Orden de Dama del Imperio Británico por cinco décadas de carrera profesional, así como por su acción solidaria, al prestar su apoyo a varias causas benéficas, como el tratamiento del cáncer de mama o la educación de los niños con problemas de aprendizaje. Y por último, no podemos olvidar su agitada vida sentimental, con numerosos romances, llegando a casarse hasta cinco veces, y que con todo lujo de detalle relata en su libro de memorias Passion for Life