sábado, 30 de junio de 2012

Fran Llorente, la información al servicio del ciudadano.


Fran Llorente se va igual como ha llegado, de forma discreta y sin hacer ruido, aún así recibía la ovación y aplausos de la redacción de informativos de TVE en un acto de reconocimiento y gratitud por el excelente trabajo desarrollado durante los ocho años que ha estado al frente de los servicios informativos de TVE al conocerse la noticia de su cese nada más tomar posesión el nuevo presidente de la corporación RTVE Leopoldo González Echenique.


Este reconocimiento proveniente de sus propios compañeros se suma a una larga lista de más de doscientos premios y distinciones han recibido los servicios informativos de TVE durante su mandato, que junto al respaldo diario ha venido obteniendo del público, sin duda el mejor premio se puede recibir, ha llevado a los servicios informativos de TVE a una de sus etapas de mayor prestigio en la historia de TVE.


Si cabe destacar algo de la etapa de Fran Llorente en la dirección de informativos de TVE fue por desarrollar un periodismo que respondió a criterios profesionales, honesto y comprometido con la ciudadanía, haciendo que noticias de índole económica, política, internacional e incluso cultural despertasen el interés del telespectador, huyendo de cierto oficialismo así como del puro sensacionalismo. En definitiva, haciendo de la información un verdadero servicio público para un ciudadano debidamente informado capaz de desarrollar su propio criterio sobre todo aquello que le atañe y rodea.


Ya conocemos al que será su sucesor Julio Somoano, el cual recogerá un testigo difícil de superar, al menos esperemos mantenga el camino que se ha marcado desde que Fran Llorente asumió la dirección de informativos de TVE, no es otro que un compromiso única y exclusivamente con los ciudadanos, por una información de calidad, veraz, neutral e independiente.

jueves, 21 de junio de 2012

Elena Sánchez, la voz de la audiencia.


Elena Sánchez actual Defensora del telespectador, radioyente y usuario de los medios interactivos de RTVE lleva más de veinticinco años vinculada a  RTVE siendo una firme defensora de la radiotelevisión pública. En su día fue conocida como la chica rubia de las chicas Calviño, en referencia al que fue director general de RTVE durante el primer gobierno socialista.


A mediados de los 80 el entonces director general de RTVE, José María Calviño decide renovar el plantel de presentadores de los Telediarios y de determinados espacios de la cadena pública, con la incorporación de nuevos rostros, en su mayoría femeninos. Toda una nueva hornada de jóvenes periodistas que trajo consigo una bocanada de aire fresco a la parrilla televisiva, y que pasaron a ser conocidas como chicas Calviño, entre las que estaban aparte de la propia Elena Sánchez, Concha García Campoy, Ángeles Caso, María Escario, Olga Viza, o Julia Otero.

Elena Sánchez presentando La tarde 1987.

Elena Sánchez antes de incorporarse a TVE comenzó su actividad profesional en Diario 16, la Agencia EFE y Antena 3 Radio. En 1984 entra en TVE y lo hace como redactora en el área de deportes, realizando labores de presentación en el programa Teledeporte y como comentarista deportiva, llegando a cubrir como enviada especial las Olimpiadas de Los Ángeles, Seúl y Barcelona. También hizo una breve incursión como presentadora en el programa vespertino La tarde 1987, coincidiendo con la última etapa del programa.

Elena Sánchez y Pedro Piqueras presentando la primera edición del Telediario 1990.

En 1987, consigue mediante concurso-oposición una plaza como redactora de TVE. Momento a partir del cual pasaría a ser uno de los rostros habituales de los servicios informativos de TVE, primero en el matinal Buenos días para después incorporarse al equipo del Telediario, es aquí donde alcanza una gran popularidad como presentadora del Telediario en sus diferentes ediciones a lo largo de una década 1987-1996, lo que le permitió compartir plató con destacados periodistas como Luis Mariñas, Luis de Benito, Pedro Piqueras, o Ramón Pellicer. Cabe recordar aquellos momentos distendidos al cierre del Telediario  protagonizaban Ramón Pellicer y Elena Sánchez en la que se pasaban los papeles el uno al otro, y que tanto dieron que hablar.


Lejos de ocupar un segundo plano en las labores de presentación fue quien de destacar y ocupar un lugar no menos importante al de sus compañeros. Esto fue posible gracias a su gran capacidad comunicadora, en transmitir las noticias de forma clara y cercana al telespectador, ayudado por una imagen joven y atractiva, de cara pequeña, melena rubia, y ojos azules, consiguió llamar la atención del telespectador convirtiéndose en un rostro popular y querido. A la vez que abrió la puerta en televisión a un estereotipo de presentadora de melena rubia y ojos claros muy habituales en informativos en décadas sucesivas.


Con la llegada del PP al poder en 1996, y tras los cambios en la dirección de TVE, Elena Sánchez pasó de ser un rostro destacado del Telediario a formar parte del entonces incipiente Canal 24 horas. Recuerdo su último Telediario, por aquel entonces presentaba la segunda edición del Telediario, en donde la propia Elena Sánchez, ya sin su compañero Ramón Pellicer, desde un set de la redacción habilitado durante unos días para los Telediarios daba la noticia a modo de relevo de la puesta de largo de los nuevos informativos de TVE bajo la dirección de Ernesto Sáenz de Buruaga.


Será en 2004 con la entrada de Fran Llorente en la dirección de informativos de TVE, cuando Elena Sánchez vuelve a la primera división de la información en TVE, de la que nunca debió salir, más cuando pesaron más los motivos políticos que profesionales. Así Fran Llorente la recupera para la presentación de la tercera edición del Telediario , labor que compagina con su trabajo como reportera del programa Crónicas de La 2.


En 2006 abandona la tercera edición del Telediario al asumir la dirección y presentación del programa de debate sobre actualidad Enfoque, sustituyendo a Pedro Piqueras tras su salida de RTVE.


Hasta que en 2008 por decisión de Luis Fernández, por entonces presidente de la Corporación RTVE, pasa a desempeñar la función de Defensora del telespectador, radioyente y usuarios de medios interactivos de RTVE, así como la presentación del programa RTVE responde de periodicidad mensual que trata de dar contenido y visibilidad a su labor como Defensora canalizando las quejas de la audiencia, alertando a los compañeros sobre los fallos y contribuyendo a la divulgación de cómo se trabaja en RTVE.


Un cargo de nueva creación, el de Defensor del telespectador, radioyente y usuario de los medios interactivos de RTVE, que vino a sustituir a la Oficina del Defensor del telespectador y radioyente, con el objetivo de dotar a la Corporación de un instrumento más eficaz a la hora de acercar mejor y hacer partícipes a los ciudadanos a través de sus quejas y sugerencias en la gestión del nuevo modelo de radiotelevisión pública propiciado por la nueva Ley de Radiotelevisión Española, y del que sin duda Elena Sánchez viene desempeñando a la perfección con la mayor profesionalidad como ha demostrado a lo largo de su carrera a pesar de conllevar un alto grado de compromiso. 


jueves, 14 de junio de 2012

Lolo Rico, una revolucionaria de la televisión.


Lolo Rico es uno de los referentes de la mejor programación infantil en televisión se ha hecho en nuestro país. A ella se deben dos de los espacios más emblemáticos de la pequeña pantalla como son La cometa blanca y La bola de cristal, con las que fascinó y alimentó la imaginación de toda una generación de niños en los 80. En una época donde la televisión ansiaba libertad y cambios, se apostó fuerte por propuestas más atrevidas e innovadoras cuyo mayor exponente fue La bola de cristal, un programa que surge del ingenio y valentía de Lolo Rico por una televisión más creativa y comprometida, sin embargo, no tardó en ver truncada la libertad le brindaron desde TVE, en el momento que vieron sobrepasaba la políticamente correcto, poniendo fin a uno de los mejores programas infantiles y juveniles de la televisión.

Hizo que la televisión fuese mucho más que un electrodoméstico frente al que matar el tiempo, pues sus programas trataban a los niños como adultos, con contenidos pedagógicos para el desarrollo de la personalidad en su capacidad crítica y posicionamiento ante el mundo le rodea. Y aunque se le atribuye la condición de pionera en la dirección de programas infantiles y juveniles, sin embargo, considera que hizo programas para todos los públicos, ya que no hay programas infantiles y juveniles, sino programas buenos o malos con independencia de la complejidad de sus contenidos.


Lolo Rico sintió desde niña una gran predilección por la literatura y las artes en general propiciado en gran parte por la afición a leer le inculcó su padre, lo cual en un primer momento la llevó a estudiar Bellas Artes. Y tras contraer matrimonio y ser madre de siete hijos, se replantea por completo su vida, buscando en dos obras La psicopatología de la vida cotidiana de Freud y El capital de Karl Marx que había leído de niña las respuestas a su conflicto existencial, rompiendo con un matrimonio aparentemente normal pero que no la hacía feliz, a la vez que estudia periodismo para centrar en lo audiovisual todo su talento creativo. Fiel a sus ideales y sentimientos,  se define como comunista radical, librepensadora e inconformista.

Se inicia escribiendo cuentos para niños pero pronto dará el salto al mundo de los medios de comunicación. Comenzó en RNE para después pasar a TVE asumiendo labores como guionista y directora de diversos espacios infantiles, llegando a asumir entre 1991-1992 la dirección del área de programas infantiles y juveniles de TVE, así como del área de programación infantil de RNE.

Cabecera del programa infantil La cometa blanca 1981-83.

En televisión comienza como guionista en  programas infantiles como La casa del reloj 1971-74, Un globo, dos globos, tres globos 1974-1979 o Jueves locos 1978 para posteriormente a comienzos de los 80 pasar a la dirección de programas. Así, en 1981 crea y dirige La cometa blanca, un espacio infantil que se emitió por las tardes y en el que se pretendía mostrar a los más pequeños la importancia de la expresión corporal, la naturaleza, la iniciación a la lectura y escritura. Para ello combinaba diferentes sketches, protagonizados por actores como Jaime Blanch, Luis Perezagua, Maite Tojar , Mari Luz Olier, Alfonso Vallejo, o Ruth Gabriel, con actuaciones musicales y fragmentos de animación como Andrea y Enrique, o el mundo de los dibujos hechos a tiza. Debido a la buena aceptación tuvo entre la audiencia infantil permaneció en antena hasta 1983.

 Cabecera del programa La bola de cristal 1984-88.

En la primavera de 1984, Lolo Rico recibe el encargo por parte de la dirección de TVE para hacer lo que quisiese los sábados por la mañana, una franja olvidada por completo y de escasa audiencia, que la llevó a idear uno de los espacios hasta el momento más imaginativos y rompedores se recuerdan de la televisión, La bola de cristal. Su estreno tuvo lugar el 6 de octubre de 1984 y aunque iba orientado a niños y jóvenes fue visto por todo tipo de público, alcanzando shares de hasta cinco millones de telespectadores. Un éxito que no dejó indiferente a nadie tanto por su componente ideológico, su tono satírico que no ofensivo como por lo que tenía de innovador. Hasta el propio Jim Henson, creador de los Teleñecos, reconoció que le hubiese gustado inventar un programa como La bola de cristal. Éxito que además vino propiciado porque dio cabida a los movimientos musicales en auge por aquel entonces agrupados en torno a La movida, logrando que pasasen  por el programa los mejores solistas y grupos del momento.

Olvido Gara (Alaska), en el personaje de una bruja postmoderna en La bola de cristal.

Si algo caracterizó a La bola de cristal fue el magnífico equipo lo conformaba, dotado de una gran capacidad creativa, algunos de los cuales fueron descubiertos y rescatados por Lolo Rico de la calle, es el caso de Olvido Gara más conocida como Alaska, y que decidió convertir en la imagen representativa de La bola de cristal,  o el de Pablo Carbonell y Pedro Reyes con su humor surrealista, también pudimos ver a actores como Miguel Angel Valero (Piraña en la serie Verano azul), Fedra Llorente (La Bombi en el Un, dos, tres...), Anabel Alonso, Luis Perezagua, Quique San Francisco, o cantantes como Santiago Auserón, Kiko Veneno, o Loquillo que junto a Alaska interpretarían algunas de las canciones originales de La bola de cristal.

Los electroduendes.

La bola de cristal se componía de diferentes bloques, el primero dirigido a un público preescolar, cuyo protagonismo recayó durante el primer año de emisión en dos presentadores, Isabel Bauzá y Gerardo Amechazurra a los que acompañaban Los electroduendes, unos seres provenientes de la técnica del medio televisivo, que tenían como objetivo ocasionar todo tipo de desastres técnicos con tal de entorpecer el normal desarrollo del programa, hasta que consiguen que los presentadores desaparezcan tras ser fusionados. De esta forma Los electroduendes pasan a adquirir un mayor protagonismo como programa independiente de La bola de cristal, entre ellos destacaba la malévola Bruja Avería, que con su rayo catódico hacía desaparecer todo aquello que se le pasaba por delante, que junto a sus célebres frases: ¡Viva el mal, viva el capital!, Soy Avería, y aspiro a la alcaldía, Eres un meapilas, etc., constituyó todo un icono del programa, a la que acompañaron otros electroduendes como Maese Sonoro, Maese Cámara, el Hada Truca, el Hada Vídeo y Amperio Felón, en un bloque en el que además se incluían video clips musicales y series de animación como Los plastinots, Little misses, La gata loca y Desenseñar a desaprender.

El resto del programa orientado hacia un público más juvenil se componía de El librovisor, sección en la que se actualizaba desmitificando a grandes obras y personajes del mundo de los cuentos a través de una serie de historietas protagonizadas por Alaska y Miguel Ángel Valero en el papel del detective Mantequilla, para más tarde homenajear al mundo de los clásicos de la literatura, las telenovelas o el cine de terror a través de sketches protagonizados también por Alaska pero esta vez acompañada por Pedro Reyes, Pablo Carbonell o Fedra Llorente, ya en los últimos años derivó en una sección destinada a criticar los ámbitos de la cultura con El circo de la cultura, con la incorporación de nuevos actores, así como una parodia de personalidades del momento en Vidas ejemplares.

La famila Monster y La pandilla dos de las series se emitieron en La bola de cristal.

También estaba la sección La banda magnética, aquí se proyectaron series como La pandilla, La Familia Monster, o Embrujada, e incluía el espacio Monográficos dedicado a actores y actrices míticos del cine o el concurso La chica de la Bola. Ya a partir del programa veintiuno se crea una nueva sección La cuarta parte, que se convirtió pasado cierto tiempo en un programa independiente de La bola de cristal por el marcado carácter satírico y transgresor de sus contenidos, la conformaba por un lado  La entrevista del patito donde Lolo Rico hacía una serie de entrevistas a personalidades haciéndose acompañar de un pato, incluía la serie El hombre invisible y un noticiario de lo más disparatado de la mano de Javier Gurruchaga en el papel de James Bond.

Parte del equipo del programa La bola de cristal.

Con la llegada de Pilar Miró a la dirección de RTVE, se presionó para que se redujese el nivel de sátira se dispensaba a ciertas personajes públicos especialmente desde la sección La cuarta parte, lo que llevó a que se prescindiera de la misma a finales de 1987, generando el desánimo entre los guionistas y la propia Lolo Rico que provocó la posterior cancelación de La bola de cristal, con su despedida el 25 de junio de 1988. Durante la época estival se emitieron una selección de los mejores momentos del programa finalizando sus emisiones el 10 de septiembre de 1988, momento a partir del cual pasa a ser sustituido por un nuevo espacio infantil  Cajón desastre que condujo Miriam Díaz Aroca.

Tras finalizar La bola de cristal, Lolo Rico siguió en TVE pero pasó a un segundo plano, realizando funciones como productora ejecutiva o regidora hasta su salida en 1999. En los últimos años, Lolo Rico ha investigado sobre la programación y la publicidad en televisión y su impacto en los telespectadores. Además ha realizado y dirigido documentales sobre personajes de ficción creados por conocidos escritores como Josefina Aldecoa, Juan Marsé o Bernardo Atxaga y ha colaborado tanto en revistas como prensa escrita.


Como autora, ha publicado varios libros relacionados con el medio televisivo, y respecto al que se ha mostrado especialmente crítica, sobre todo en lo tocante a  programación infantil, cada vez más vacía de contenidos y violenta, que lleva a los niños a ser tratados como simples consumidores, entre lo publicado destaca Televisión, fábrica de mentiras, Ver y enseñar a ver televisión, El buen telespectador, también cabe destacar El libro de La bola de cristal, un repaso al programa que más fama le dio.  Su compromiso con la educación y su conciencia política también la llevó a publicar libros de no ficción como Si tu hijo te pide un libro, Cómo hacer que tus hijos lean y Cartas de una madre de izquierdas a una hija de derechas.


Ha publicado recientemente sus memorias ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan deprisa y yo no me dé cuenta?, donde hace un repaso exhaustivo desde la niñez, pasando por su familia burguesa y el impacto supuso para ella la guerra civil, su participación en el movimiento antifranquista, su traslado a Barcelona para trabajar en la editorial Bruguera donde vivió la época de la Gauche Divine, años en los que entabló amistad con importantes escritores como Rosa Chacel, Juan Marsé, Ernesto Sábato o editores como Carlos Barral, entre otros.

Lolo Rico ha visto reconocida su carrera con premios como el Ondas, el TP o el premio Talento, que recibió en 2001.

Lolo Rico fue capaz de servirse de la imagen para crear su propio lenguaje, y aunque aquellos niños de los 80 no entendiésemos mucho lo que veíamos en sus programas, consiguió que todo aquello nos fue mostrado, aparte de contribuir a nuestra formación y alimentar nuestra imaginación, permaneciese con los años en nuestro subconsciente, consiguiendo así hacer de nosotros personas más libres.

domingo, 3 de junio de 2012

Jane Wyman, la malvada Angela Channing.

                                       

Si hablo de Jane Wyman, imagino a muchos no les dirá nada, pero en cambio si digo Angela Channing ya es otra historia, y con razón, fue el personaje de matriarca interpretó Jane Wyman en la serie televisiva de los 80, Falcon Crest, consiguiendo con dicho papel la mayor popularidad había conseguido hasta entonces.


Pero el éxito no llega por casualidad sino después de una meritoria carrera, y este fue el caso de Jane Wyman, especialmente como actriz melodramática ha trabajado a las órdenes de directores como Billy Wilder, Alfred Hicthcock, Michael Curtiz o Frank Capra, así como al lado de actores de la talla de Charlton Heston, Kirk Douglas, Cary Grant, James Steward, Rock Houdson, entre otros.


Realmente Jane Wyman, responde a su nombre artístico, su verdadero nombre es Sarah Jane Mayfield. Dio inicio su carrera como actriz en los años treinta, pero no será hasta la década siguiente logre la popularidad y su mayor esplendor, siendo por su interpretación en Días sin huella de Billy Wilder, con la que consigue un gran reconocimiento, abriéndole las puertas a grandes producciones y variedad de registros, de los cuales supo demostrar su valía y versatilidad. Así le siguieron títulos como El despertar 1946, el cual le valió su primera nominación a los Oscar o Ciudad Mágica 1947, hasta conseguir en 1949 el Oscar a la mejor actriz por su papel de mujer sordomuda en Belinda, uno de sus principales interpretaciones de su carrera. Su época dorada en Hollywood coincidió con su etapa de matrimonio por el entonces todavía actor Ronald Reagan, del que años más tarde se divorciaría.


Ya en la década de los 50 destacar dos títulos No estoy sola 1951 y Obsesión 1955 por las cuales llega a ser nominada al Oscar, así como sus comienzos en televisión, llegando a tener su propio programa. Pero no será hasta la década de los 80, cuando resurja de nuevo participando en series como Los ángeles de Charlie y Vacaciones en el mar, ambas de 1980, hasta que consigue hacerse con el papel de su vida, y en nada se parecía a lo hecho anteriormente por la actriz, la de matriarca astuta, malvada y ambiciosa en la serie Falcon Crest, por la que obtuvo su mayor reconocimiento mundial, logrando además durante cuatro años consecutivos cuatro Globos de Oro. Será en la última etapa de la serie cuando empeora su salud, teniendo que abandonarla, para aparecer esporádicamente hacia su final. La fuerza y carácter del personaje fue determinante para su éxito, consiguiendo atrapar a millones de telespectadores de todo el mundo, contándose por cientos de miles de incondicionales seguidores. Y en España, ayudado por el magnífico doblaje de una actriz de radionovelas Matilde Conesa, conocida también por ser la voz de otros personajes entrañables para millones de telespectadores de los 80 como la Bruja Avería o Lisa el gnomo, de la serie animada David el gnomo.


La serie contó con nueve temporadas de 1981-1990 y doscientos veintisiete episodios, y narra los enredos sentimentales y económicos de dos familias de viticultores enfrentadas, los Channing y los Gioberti, en el inventado valle de Tuscany en California, viniendo a reflejar el gusto desmedido por el lujo y el poder, siguiendo así a su predecesora, Dallas. Sin embargo, en su país no tuvo el éxito conseguido fuera, especialmente en Europa, países como Alemania, Francia y especialmente España, su éxito fue arrollador.


Uno de sus principales valores fue el carisma de sus actores y los enredos económico sentimentales se fueron creando. Siendo la propia Angela Channing (Jane Wyman) la que domina el negocio vinatero en el valle de Tuscany, hasta que su hermano muere accidentalmente. Es ahí cuando empiezan los problemas. Su sobrino Chase Gioberti (Robert Foxworth) hereda una parte de la propiedad, además de una casa en el valle, a donde se traslada con su mujer, Maggie (Susan Sullivan) , y sus dos hijos, Cole y Victoria. Angela y Chase chocan inevitablemente debido a los deseos de la primera por imponerse y quedarse con las tierras, además de no estar de acuerdo con las novedades trae al valle. A partir de sus primeras desavenencias Angela tratará de hacerle la vida imposible todo lo que puede para obligarlo a irse.

 

Paralelamente, se suceden otras desventuras, como las locuras de la hija demente de Angela, Emma (Margaret Ladd), de su otra hija, Julia (Abby Dalton), experta enóloga, y madre de Lance Cumson (Lorenzo Lamas, el playboy de la serie), el cínico abogado Philip Erickson (Mel Ferrer) que terminará casándose con la veterana matriarca; la sensual y apasionada Melissa (Ana Alicia); y sobre todo, Richard Channing (David Selby), rival tanto de Chase como de Angela, y segundo villano de la historia, pero con un cierto trasfondo de nobleza y sensibilidad. Por último, no quiero olvidar al inseparable mayordomo y chófer de Ángela Channing y maestro de artes marciales de su nieto Lance, Chao Li Chi, aún siendo un personaje poco trascendente no dejaba de resultar exótico.


Lo más llamativo, aparte de la maldad sin fisuras se da entre los personajes, eran los continuos cambios de parentesco y descubrimiento de nuevas filiaciones, como el caso de Julia, resulta tenía un hijo cura; o Richard Channing que pasó de ser hermano de Chase a ser hijo de la propia Angela Channing.

Aunque en la última temporada, coincidiendo con la enfermedad real de Jane Wyman, la serie perdió parte de su fuerza, hecho agravado por la irrupción de personajes nuevos que no tenían el carisma suficiente, como el nuevo villano Michael Sharpe (Gregory Harrison).

Como es habitual en estas series, otro punto fuerte eran las actuaciones estelares de viejas glorias o bien de actores con fama en otras series televisivas, fueron varios los que pasaron por Falcon Crest, aunque también pudimos ver actores y actrices provenientes de otros países, como fue el caso de la actriz española Asummpta Serna.

Mención aparte merece la fabulosa y pegadiza música de los títulos de crédito que ha quedado grabada en las memorias de todos cuantos vimos la serie.

Por último, señalar que uno de los últimos trabajos que se le recuerdan en televisión a Jane Wyman fue su participación en la serie La doctora Quinn 1993.