sábado, 28 de abril de 2012

40 años envueltos en la magia de 'Un, dos, tres...'


Desde La Tele Encendida no podíamos dejar pasar una efeméride tan especial, como es la celebración de la primera emisión, el 24 abril de 1972, de uno de los programa concurso más completos, atrevidos, imaginativos y de mayor éxito se recuerdan en la pequeña pantalla. Me refiero, como no a Un, dos, tres...responda otra vez.


Su creador y director fue Chicho Ibáñez Serrador, un guionista y realizador que después de conseguir un importante reconocimiento con programas como Historias para no dormir 1967  e Historias de la frivolidad 1968 entre otros, recibe el encargo de TVE para realizar un nuevo programa, esta vez un concurso. Chicho propone a los directivos de TVE algo que hasta el momento no se había hecho y era combinar tres formatos de concurso típicos de la televisión: preguntas, habilidades y psicológicos en un solo programa. Así nace Un, dos, tres..., y como su propio nombre indica contaba con tres partes, la primera consistía en una tanda de preguntas de cultura general entre tres parejas de concursantes, de las cuales dos pasaban a la eliminatoria y la ganadora repetiría la semana próxima, de la eliminatoria que consistía en una prueba de habilidad saldría una pareja vencedora que pasaba a la subasta, donde debería ir descartando de entre una serie de regalos llegaban a la mesa, y que el presentador mostrada leyendo la tarjeta que acompañaban, hasta quedarse con aquel regalo en que pensaban estaba el mejor premio, que generalmente consistía en uno o varios coches, juegos que daban opción a ganar importantes cantidades de dinero, apartamentos, lanchas motora o la propia mascota buena del programa con la posibilidad de escoger entre los mejores premios, pero la subasta tenía el riesgo de que los concursantes se equivocasen eligiendo entre los regalos de la mesa, pues algunos ocultaban sorpresas nada agradables, que iban desde cosas inútiles y disparatadas cuando no escondían la mascota mala del programa que no daba opción a ningún premio.

La calabaza Ruperta, la bota Botilde, el Chollo, el Boom y el Crack fueron las principales mascotas tuvo el Un, dos, tres a lo largo de su historia.

Una fórmula de éxito que perduró durante tres décadas, alcanzó las diez temporadas y contó con hasta cinco presentadores diferentes. Su primer presentador fue Kiko Ledgard, un referente de la televisión peruana y que en España consigue enorme popularidad por su simpatía y buen hacer en la presentación durante las dos primeras temporadas estuvo al frente de Un, dos, tres..., y que junto al Tacañón Valentín Tornos y un excelente plantel de cómicos propiciaron su éxito.  Kiko tras sufrir el infortunio de un accidente, lo llevó a apartarse del programa. Chicho no tuvo más remedio que buscar un sustituto. En principio se barajó la idea de un ex componente de Martes y Trece que formaba parte del plantel de cómicos del concurso, pero finalmente Chicho cambia de planes y decide feminizar la presentación de Un, dos, tres... poniendo al frente del mismo a Mayra Gómez Kemp, que no era una desconocida para el público de Un, dos, tres... pues había intervenido en la última etapa de Kiko Ledgard. Sin duda la elección de Mayra fue el mayor acierto de Chicho, que junto a  las Hermanas Hurtado, como las nuevas Tacañonas y la espectacularidad adquirió la subasta con los números musicales interpretaron una de las mejores selecciones de azafatas ha tenido Un, dos, tres... en su historia, entre las que se encontraban  Kim Manning, Lydia Bosch, Silvia Marsó, Gloria Fernández, Isabel Serrano, Nina, etc..., además de contar con un importante elenco de humoristas, como Bigote Arrocet, Arévalo, Raúl Sender, Beatriz Carbajal, Freda Llorente, Antonio Ozores, el dúo Sacapuntas, etc.., conquistaron por completo al telespectador que no podía la noche del viernes despegarse de su televisor, logrando así que durante la década de los 80 Un, dos, tres... viviese su época más esplendorosa y de mayor éxito, batiendo todos récords de audiencia habidos y por haber, hasta el punto de alcanzar los veinte millones de telespectadores cada semana.

Kiko Ledgard, Mayra Gómez Kemp, Jordi Estadella, Miriam Díaz Aroca, Josep María Bachs y Luis Roderas fueron sus presentadores.

Con su regreso en los 90, se produce un cambio en la presentación, con la incorporación de dos nuevas caras, Jordi Estadella que llevaba el peso del concurso y Miriam Díaz Aroca en el papel de una clown que trataba llamar la atención cuando no incordiar al propio Jordi durante la presentación, a la vez que implicaba al público asistente en el plató con todo tipo de juegos atrevidos y gamberros. Una etapa que trajo consigo toda una nueva hornada de azafatas, como Carolina Rodríguez, Marta de Pablo, María Abradelo, y entre los nuevos cómicos merece destacar el debut de Angel Garó, cuyos personajes revolucionaron la última parte de la subasta, el resto provenían en su mayoría de la etapa de Mayra, como Arévalo o Manolo Royo.

Ya en 1993, vuelve de nuevo con cambios en la presentación, esta vez un reconocido presentador de la televisión catalana, Josep María Bachs, asume la presentación del concurso y se amplia el número de Tacañonas , que junto a las gemelas Hurtado estaban Mercé Comes y Vicky Planas, como tía Mª Virtudes y tía Mª Purificación, que venían a suplir a Paloma Hurtado ausente por un accidente. La eliminatoria corría a cargo de la teniente Marián Rambón, con la explicación de las pruebas debían realizar los concursantes y la subasta fue amenizada por nuevos rostros como Luisa Martín, Pepe Viyuela, Joan Domínguez como el hombre del cajón, Silvia Abascal en el personaje de Mari Luz, una niña un tanto perversa o Anthony Blake. Paula Vázquez y Diana Lázaro fueron las nuevas azafatas.

No será hasta 2004 cuando regrese Un, dos, tres... en esta ocasión con un importante cambio en el concepto del concurso. Chicho con el objetivo de fomentar la lectura y pensando en el público más joven decide dedicar cada programa a un libro de un reconocido autor universal, lo que le llevó a cambiar el título del programa, pasando a Un, dos, tres... a leer esta vez. Si bien fue recibido con una gran aceptación en sus primeras emisiones fue bajando en audiencia semana a semana sin al final renovar por una segunda temporada. Al frente del mismo estaba Luis Roderas, un joven presentador desconocido para el gran público que imprimió al concurso un estilo atrevido y desenfadado. Una etapa en la que parte negativa se personificó en unos bomberos, la brigada Fahrenheit 451 y con la presencia durante la subasta de nuevos cómicos, como Manolo Sarria, Víctor Carretero, Javier Sáenz, Eduardo Aldán, Llum Barrera o Quique San Francisco.

El Un, dos, tres... en 40 imágenes para el recuerdo.

Un recuerdo entrañable a uno de los programas míticos de nuestra televisión, que fue capaz de crear un vínculo de amistad con varias generaciones de telespectadores, y que todavía perdura después de cuarenta años, permaneciendo envueltos en su magia. Recordemos finalmente aquella sintonía de la cabecera, que seguro más de uno se atreverá a cantar o tararear.


lunes, 16 de abril de 2012

Concha Velasco, y qué viva el espectáculo.


Con toda una vida dedicada al mundo de la interpretación y el espectáculo, alberga una de las carreras artísticas más completas, extensas y brillantes de nuestro país, que ha conseguido no sin esfuerzo y sacrificio tanto en lo personal y profesional, pero sin perder nunca la ilusión, con gran sentido de la responsabilidad y sabiendo que lo más importante que tiene es su trabajo. Sus padres, y en especial su madre, desde que era una niña le inculcaron la idea de disciplina, trabajo y afán de superación que le permitieron llegar a cumplir sus sueños, de lo cual siempre les estará agradecida. Por todo ello, dedico este Inolvidable a una mujer que a pesar de los años ha conseguido estar más viva y espléndida que nunca, Concha Velasco.


Después de estudiar danza clásica y española y ganarse la vida como bailarina. Se inicia como actriz con sólo quince años en la película La reina mora 1954, a la que siguieron otras películas como actriz de reparto. Hasta que llega su gran oportunidad en Las chicas de la cruz roja 1958, siendo coprotagonista junto al gran Tony Leblanc, comenzando así un ascenso meteórico en su carrera pasando a ser reconocida por el gran público como Conchita Velasco.

Las chicas de la cruz roja 1958.

Durante las décadas de los 60 y 70, fueron de lo más prolífico en su carrera cinematográfica, llegando a rodar hasta tres películas por año, que se dice pronto, bajo la dirección de los directores de comedia más reconocidos del cine español del momento como Mariano Ozores, Pedro Lazaga y José Luis Sáenz de Heredia, y al lado de grandes actores como Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores, entre otros, participando en títulos como Las que tienen que servir 1967, Cuatro noches de boda 1969, La decente 1970, Venta por pisos 1971 o Yo soy fulana de tal 1975.

Concha Velasco y Tony Leblanc intepretando La chica ye ye en Historias de la televisión 1965.

Pero fue Tony Leblanc con el que compartirá muchas películas de éxito como Los tramposos 1959, El día de los enamorados 1959, Amor bajo cero 1960, La verbena de la paloma 1963 o Historias de la televisión 1965, en esta última interpretaba La chica yé-yé, un tema que se hizo muy popular, y a pesar de que Concha nunca se ha reconocido como cantante, la llevaría a grabar a lo largo de su carrera hasta ocho discos de algunos de sus espectáculos.

Manolo Escobar y Concha Velasco protagonizan En un lugar de la Manga 1970.

Si exitosas fueron sus películas con Tony Leblanc, no menos lo fueron las películas protagonizó junto a Manolo Escobar, con quien rodó, Pero, ¿en qué país vivimos? 1967, Relaciones casi públicas 1968, Juicio de faldas 1969, En un lugar de la Manga 1970 o Me debes un muerto 1971. Aún así, Concha trató de no encasillarse en un mismo papel o personaje, pasando de un cine más popular a otro más elitista y comprometido. Ha tratado de jugar  en todas las bandas, y de lo cual se enorgullece pues en palabras de la propia Concha: He hecho películas estupendas y otras no tanto, pero todas me han servido para aprender, para ser conocida, para cambiar de personaje y, también, seamos francos, para vivir.


Con la llegada de la democracia, coincide con su época de madurez tanto en lo físico como lo profesional. Un cambio fundamental que la lleva a pasar de la popular Conchita a la espléndida Concha en películas como  Tormento 1974, Pim, pam, pum... fuego 1975 de Pedro Olea o La colmena 1982 de Mario Camus, entre otras. Sus últimos papeles protagonista en cine fueron durante los 90 con películas como Más allá del jardín 1996 de Pedro Olea y París-Tombuctu 1999 de Berlanga, lo que vino después ya no fue lo mismo, pues los años no pasan en balde para cualquier actriz a la hora de conseguir personajes atractivos, por citar algunos títulos en los que participó mas recientemente cabe apuntar El oro de Moscú 2002, Bienvenido a casa 2005, B & B 2006, Chuecatown 2007 y Enloquecidas 2008.


Concha Velasco en el personaje de Palmira Gadea en Más allá del jardín 1996. 

A pesar de la extensa y prolífica carrera cinematofráfica, su mayor prestigio profesional lo ha conseguido con el teatro. Concha Velasco trató de alternar sus apariciones en el cine con la actividad teatral. De hecho mucho del dinero que ganó en el cine le sirvió para financiar alguna de las obras ansiaba protagonizar y no le ofrecían. Pudiendo así desarrollar un amplio y variadísimo repertorio de personajes de lo más variopinto así como en cuanto a géneros se refiere, ya sea teatro clásico o contemporáneo, más elitista o comprometido con otro más popular o comercial.

José Sacristán y Concha Velasco en la obra Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?.

Su comienzo en el mundo de la escena también vino de la mano de Tony Leblanc con la revista Ven y Ven en el teatro Eslava de Madrid, corría el año 1959. Durante los sesenta representó títulos de éxito como Las que tienen que servir, El cumpleaños de la Tortuga y Don Juan Tenorio. Ya en los setenta, destacar Las cítaras colgadas de los árboles, Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipcíaca, Filomena Marturano, suponen su consagración como actriz teatral. Cabe mencionar la obra Abelardo y Eloísa 1972 en la que representaba a una abadesa enamorada, un personaje que no estuvo exento de polémica pues no había día que no saliesen a escena con amenaza de bomba. Mencionar también, su participación destacable en la huelga de actores de 1974, que secundó toda la profesión. Ya en 1981 representa junto a José Sacristán  la obra Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? de Adolfo Marsillach y que supuso un revulsivo en el teatro de la época por su carácter rompedor e innovador.

Concha Velasco interpreta uno de sus temas más populares Mamá, quiero ser artista 1986.

En 1986 prepara el montaje de un gran musical, Mamá, quiero ser artista, todo un éxito que le reporta gran popularidad, al que siguieron otros como Carmen, Carmen 1988 y La truhana 1992.


Josep María Pou autor de la obra La vida por delante, junto a Concha Velasco caracterizada como madame Rose.

En los noventa, asistimos a la Concha más personal en la piel de mujeres maduras que tratan de superar el desengaño del matrimonio, a través de obras como La rosa tatuada 1997, adaptación de la obra de Tennessee Williams. Así como, las obras que su amigo, el escritor y poeta Antonio Gala, escribe para ella, como Las manzanas del viernes 1999 o Inés desabrochada 2003. A la vez que se involucra en otro gran proyecto como es la adaptación del musical Hello, Dolly! 2001, con el que recorre toda España con gran éxito. En 2009, representa una obra de Josep María Pou, La vida por delante en el papel de madame Rose, una prostituta madura superviviente de Auschwitz.

Concha Velasco en el personaje de Teresa de Jesús 1984.

Además del teatro y el cine, Concha Velasco ha sido una habitual de la televisión desde mediados de los sesenta, llegando a participar en varios Estudio 1 con obras como La dama del alba 1965, La alondra 1969, Don Juan Tenorio 1969, Marea baja 1971, Una muchachita de Valladolid 1973, Las brujas de Salem 1973 o ¿Quiere usted jugar con mí? 1975, para más tarde ejercer como presentadora de un buen número de programas y como protagonista de varias series de televisión, entre ellas, la serie Teresa de Jesús 1984, bajo la dirección de Josefina Molina,  la encumbró a lo más alto en una de sus mejores interpretaciones.

 Concha Velasco en El águila de fuego dentro del espacio La comedia musical española 1985.

Pero nada más finalizar la serie Teresa de Jesús la pudimos ver en un cambio de registro que sorprendió a propios y extraños, y no estuvo exento de polémica por parte de  ciertos sectores católico y conservador, como fue su participación en la comedia musical El águila de fuego dentro del espacio La comedia musical española 1985 que dirigió Fernando García de la Vega para TVE.

 Concha Velasco presentando Viva el espectáculo en TVE 1990.

A esto, añadir su participación en la presentación de los Fin de año de TVE del 85-87, así como el programa musical y de variedades Viva el espectáculo también en TVE,  para en 1992 fichar por Telecinco con programas como Querida Concha o Queridos padres. De ahí pasó a Antena 3 con la presentación del magazine Encantada de la vida 1993 y grabó las series como Yo, una mujer 1996, Mamá quiero ser artista 1997, además de colaborar con la serie Compañeros. También la pudimos ver sustituyendo a Isabel Gemio al frente de Sorpresa Sorpresa 1999. Ya en 2001 regresa a TVE para presentar Tiempo al tiempo, un programa nostálgico de prime time que fue derivando a contenidos más escabrosos y de prensa del corazón. En 2005 protagoniza junto a Félix Gómez para TVE la miniserie Las cerezas del cementerio, versión de la obra homónima de Gabriel Miró. Así como, forma parte de la serie de intriga de Telecinco Motivos personales, donde interpretó a Aurora Acosta una mujer calculadora que intentará mantener a su familia lejos de los escándalos, serie que tuvo un gran éxito.

 Concha Velasco en el personaje de Carmen Orozco de la serie Herederos de TVE.

En 2006 regresa de nuevo a TVE con el fallido programa Mi abuelo es el mejor, que fue retirado a los pocos días. Mejor suerte tuvo con la serie Herederos (2007-2009) que protagonizó junto a Álvaro de Luna, Ginés García Millán, Helio Pedregal y Félix Gómez, entre otros, donde interpretó a Carmen Orozco, en otro de esos personajes de mujer de carácter y malévola, papel que le valió dos nominaciones a los premios de la unión de actores, saliendo vencedora en una de ellas. Sus últimos trabajos en televisión han sido en la serie de TVE Las chicas de oro en el personaje de Dorothy y más recientemente en la serie de Antena 3 Gran Hotel, aparte de acompañarnos las tardes de sábado de TVE con la presentación de Cine de barrio.


De Concha Velasco sólo podemos decir cosas buenas y resaltar su valentía, ilusión, entusiasmo, compromiso y sobre todo su gran sinceridad, porque si algo la caracteriza es por su naturalidad, por mostrarse tal cual es, sin ocultar sus simpatías y preferencias políticas, declarándose abiertamente socialista y católica, circunstancia que motivó ciertas críticas. Cabe recordar la gala de fin de año de 1985 en TVE, cuando Concha Velasco celebra el ingreso de España en la Comunidad Económica Europa, con la interpretación de un tema musical ¡Qué viva el IVA! aprovechando la entrada del nuevo impuesto del IVA, y que dio origen a cierta polémica.  Más recientemente fue una de las partícipes de la plataforma de apoyo a Zapatero durante las elecciones de 2008 en el que reconocidas personalidades apoyaban la reelección del candidato Rodríguez Zapatero a la Presidencia del gobierno, y que pasaron a ser reconocidos como los de la ceja, gesto que les identificaba en aquel video protagonizaron en apoyo a Zapatero, aunque Concha ha confesado un cierto desengaño y desencanto, reconociendo su equivocación cuando apoyó a Rodríguez Zapatero.

 Concha Velasco en la gala fin de año ¡Viva 86!.

Jurados, compañeros de profesión y público en general ha sabido reconocer su larga trayectoria profesional y gran talento interpretativo a través de innumerables premios y reconocimientos, entre los que cabe mencionar el Premio Nacional de Teatro recibió en 1972, la Medalla de Oro de la Academia del Cine en 2004, el Premio a Toda una Vida de la Academia de la Televisión en el 2009, entre otros muchos, aparte de contar desde 2011 con su estrella en el Paseo de la Fama de Madrid.

Concha Velasco durante la inauguración de su estrella en el Paseo de la Fama de Madrid.

Quiero terminar este Inolvidable con el último trabajo hasta el momento de Concha Velasco, que no es otro que la obra Concha, yo lo que quiero es bailar, un monólogo a modo de musical en el que la propia Concha hace un recorrido por toda su vida y carrera artística. Qué mejor forma de disfrutar de esta gran actriz que ver a la propia Concha aunque sea por una sóla vez hacer de si misma. Sin duda el broche perfecto a toda una vida entregada a la interpretación y de la cual han salido infinidad de personajes únicos y difícilmente superables en la piel de Concha Velasco.



domingo, 1 de abril de 2012

Debbie Allen, Lydia el alma máter de 'Fama'.



Quién no recuerda, aquellos que andamos por la treintena, la película y sobre todo la mítica serie de televisión Fama, especialmente esta última causó furor durante sus años de emisión, descubriendo vocaciones y sobre todo permitió crear en muchos jóvenes la ilusión y motivación necesaria para dar el primer paso en el complicado mundo de la interpretación y del espectáculo. Aún hoy ese espíritu que caracterizó a Fama sigue muy presente en varias series y programas emiten las televisiones de medio mundo. Resulta llamativo, el hecho de que hasta bien entrados los 80 las series de temática dominante en las televisiones eran sobre todo policiales y las teleseries de clanes familiares acaudalados y enfrentados. Fama, pionera en su género, abrió el camino a todo un boom de series juveniles, tomando como escenario principal de sus tramas una escuela, en donde se nos muestra el día a día junto a las ilusiones, inquietudes de un grupo de chicos aspirantes a artistas y sus relaciones con sus profesores y el mundo que les rodea.
 

A finales del 2009 el espíritu de Fama regresó a modo de remake, en este caso de la película, contando entre sus actrices con una en especial que ha estado presente en las tres producciones, Debbie Allen. Si bien, no en el personaje de Lydia Grant, exigente profesora de danza de la Escuela de Altos Estudios Artísticos de Nueva York, con el cual tuvo una enorme popularidad, recordada especialmente por aquella declaración contundente que encabezaba los créditos de la serie, sino en esta ocasión como directora de la Escuela de Altos Estudios Artísticos de Nueva York.


Debbie Allen, junto a su hermana, conocida por ser, Claire, la esposa en la ficción de Bill Cosby en la telecomedia La hora de Bill Cosby, y con la cual guarda un cierto parecido físico, sintieron muy jóvenes una predilección por la interpretación de modo de que después de graduarse deciden fundar una compañía de teatro. Será con la miniserie Raíces: la nueva generación 1979 el primer papel destacable de Debbie Allen. Sin embargo el éxito le llegó con el montaje teatral West Side Story, siendo su principal pasaporte para poder participar después en la película Fama 1980 de Alan Parker, dando vida a Lydia Grant y que después repetiría con la serie del mismo título en 1982, adquiriendo un mayor protagonismo al conseguido en la película y, por consiguiente, popularidad. Pese a las buenas críticas, la serie no funcionó demasiado bien en Estados Unidos, fue cancelada por la NBC después de una temporada y media en antena. Sin embargo, dado el éxito cosechado en Europa, la recuperaron, grabándose cinco temporadas más hasta 1987. Además se realizó hasta una gira mundial en la que los actores de la serie representaron las canciones de la serie. Lydia Grant apareció durante todas las temporadas y acabó convirtiéndose en su alma mater.


La serie Fama narra las aventuras y desventuras profesionales y personales, y sobre todo, los sacrificios de un multicultural y multirracial grupo de jóvenes, en su mayoría sin recursos y algunos provenientes de la calle, aspirantes a bailarines, músicos y actores en una estricta escuela de Nueva York.


Con la ayuda de un especializado grupo de profesores, los alumnos experimentan día a día lo dura que puede ser la profesión de actor, músico, cantante o bailarín a base de experiencias que ponen a prueba su capacidad de resistencia y, sobre todo, su entrega como artistas. Entre los profesores merece destacar a Sherwood, la profesora de lenguaje y muchas veces consejera de los chicos, el entrañable Shorofsky, el profesor de música, la propia Lydia, exigente y a la vez cómplice profesora de baile. En el recuerdo queda aquella declaración de Lydia dirigía a los chicos, y que resumía el espíritu de la serie: Tenéis muchos sueños, queréis la fama, pero la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor. Tampoco quiero olvidar al director de la Escuela, aunque fueron varios, pero destacar a Morloch, siempre quejándose y de comportamiento machista, y como no a la secretaria y portera, la señorita Berg.


Entre los alumnos destacaba la personalidad rebelde y enorme talento de Leroy, que junto a Coco, Nicole, Chris, Bruno, Jesse, Danny, Julie, o Doris entre otros componían el plantel de aspirantes a futuros bailarines, músicos y actores.


Como datos curiosos de la serie destacar que el tema principal es el mismo de la película. Estaba interpretado por Irene Cara, fue uno de los éxitos comerciales más importantes del mercado musical en los años ochenta.

La serie fue estrenada por TVE el 20 de febrero de 1983, y alcanzó el favor del público, haciéndose con el premio TP de Oro a la mejor serie extranjera de aquel año.

Escuela de Altos Estudios Artísticos de Nueva York.

La Escuela de Altos Estudios Artisticos de Nueva York, que inspiró la pelicula y la serie, quedó destruida a principios de 1988, cuando el viejo edificio de cuatro plantas y dos grandes buhardillas se hallaba vacío. Entre los famosos que se formaron realmente en sus aulas, se cuentan Al Pacino y Liza Minnelli.


Finalizada la serie Fama, Debbie Allen supo encauzar bien su carrera, pues no son pocos aquellos actores o actrices que tras un éxito y repercusión enorme, caen en el mayor de los olvidos, no fue este el caso, compaginó la participación en series y telefilms con su faceta de directora y productora, adquiriendo más peso esta última, así en 1987, creó, produjo y dirigió la serie Un mundo diferente, un spin- off de La hora de Bill Cosby, también dirigió episodios de otras series como Enredos de familia o El príncipe de Bel Air. Se convirtió en la coreógrafa habitual en las ceremonias de los Oscars de Hollywood, fue la creadora de la versión musical para Broadway de El Rey León y en 1997 ejerció como productora y compositora de la película Amistad de Steven Spielberg.


En la actualidad continúa compaginando su labor en producciones de Broadway, con trabajos como directora de series. Retomando de nuevo en 2005 su faceta como actriz en la película Torneo de sueños y en 2009 en el remake cinematográfico de Fama, siendo la única actriz de la primera película y de la serie televisiva que repite, aunque en esta ocasión su papel es el de Simms, la directora de la Escuela de Altos Estudios de Nueva York.