martes, 21 de junio de 2011

Rosa María Mateo, la voz serena de la información.


El que prometía ser un futuro como abogada, sin embargo, su curiosidad por el séptimo arte la llevó a cursar cinematografía además de periodismo, decidiendo presentarse a una oposición a locutora de continuidad de TVE, que obtiene en 1966. Un realizador ya la advirtió durante la oposición, que si por el fuera no le harían más pruebas, pues era evidente que había nacido para la televisión. Aquella declaración reconociéndole sus más que notables cualidades para el medio vino a ser el mejor augurio de un futuro más que prometedor en televisión, pues Rosa María Mateo no tardará en convertirse en una de las profesionales de mayor aceptación y credibilidad comunicadora de nuestro país. Fiel a un estilo eficaz, riguroso y sereno del que ha sentado escuela y ha sabido mantener con gran dignidad a lo largo de más de treinta y siete años de profesión. Todo un icono de la información en televisión.


Se inicia en TVE como locutora de continuidad en la entonces conocida UHF (la actual La 2) coincidiendo con otra histórica de TVE, Elena Martí. Ambas nos adelantaban las novedades de la programación del recién creado segundo canal de TVE. Será a principios de los 70 cuando dé el salto a la primera cadena, responsabilizándose de la sección cinematográfica del magazine Buenas tardes que presentaba Raúl Matas, dando comienzo su popularidad.

Rosa María Mateo durante la presentación del Festival de OTI, 1972.

En 1972, TVE encarga a Rosa María Mateo y Raúl Matas la presentación del primer Festival de OTI que organizaba España, convirtiéndose así en una de las caras más conocidas de la televisión pública del momento. Tras la presentación del concurso De la A a la Z pasa a integrarse en el área de informativos de TVE al encargarle el entonces Jefe de informativos, Juan Luis Cebrián, la presentación de la última edición de la noche. Área de informativos, en la que permanecerá hasta su salida de la cadena pública en 1993, después de haber pasado por varias etapas y bajo distintas direcciones.

Rosa María Mateo en varias etapas al frente del Telediario de TVE (1985-1993).

Pero es en Informe Semanal bajo la dirección de Pedro Erquicia, y supliendo a este en la presentación desde 1974 a 1980, donde resalta su talento como comunicadora, sentando las bases de un estilo que pasaría a ser regla de oro en la Casa a la hora de asumir la presentación de tan emblemático espacio informativo.


Si hay un momento importante en su carrera profesional, ese fue durante la intentona golpista del 23 de febrero de 1981. La noche del Golpe, entorno a la una y media de la madrugada, tras la salida de los militares que ocupaban los estudios de RTVE y que obligaron a suspender la programación y emitir únicamente música militar, Rosa María Mateo junto a Victoria Prego y, por entonces, un desconocido Iñaki Gabilondo, salen al aire con un Avance informativo, dando cuenta de lo sucedido a pesar de la tensión se palpaba en el ambiente pero con la templanza y serenidad requería el momento que sin duda pasaría a los anales de la historia. Avance informativo en el que pudimos ver la reemisión del mensaje del Rey, personaje clave en aquella noche, y que había sido grabado por un equipo de TVE desplazado a la Zarzuela. Fallido el intento golpista, la noche del 24 de febrero de 1981, una gran manifestación recorre las calles de Madrid en favor de la democracia y las libertades. Manifestación que culmina con la lectura por Rosa María Mateo, frente a la escalinata del Congreso de los diputados, de un comunicado oficial habían consensuado todas las fuerzas políticas y que ponía de manifiesto el rechazo al intento golpista y la reafirmación en la soberanía nacional, legitimidad del Rey y respeto a la Constitución, hecho que le valió el calificativo de “musa de la democracia”.


Avance informativo presentado por Iñaki Gabilondo, Victoria Prego y Rosa María Mateo emitido durante la madrugada en la noche del 23 F.

En 1993, después de veintisiete años en TVE y cerca de veinte presentando diferentes ediciones del Telediario es fichada por Antena 3 para acometer la presentación de un nuevo programa de sucesos, Al filo de la ley, para después pasar a ser la cara del informativo Antena 3 noticias fin de semana. Hasta que en 2003 la dirección de la cadena la incluye en un ERE junto a más de doscientos trabajadores, desechando en el caso de Rosa María Mateo un activo de gran valor y años de profesionalidad de la peor forma que cualquier profesional no gustaría tener que pasar y menos en contra su voluntad.


El caso de Rosa es especialmente gravoso, pues puso de manifiesto que en nuestro país las cadenas suelen ver con bastante recelo y desconsideración a las mujeres maduras a la hora de asumir la presentación de sus informativos, a diferencia de otros países, especialmente en el mundo anglosajón, donde cumplir años es lo que da la experiencia necesaria para transmitir credibilidad y dotar del reconocimiento y prestigio necesario a las propias cadenas. Aquí, en el mejor de los casos se te relega a puestos no tan visibles cara el público cuando no te empujan directamente a la jubilación, como fue el caso.


A lo largo de sus treinta y siete años como profesional de la información, no sólo destacó su labor como presentadora de informativos, también tuvo la oportunidad de demostrar su valía y profesionalidad siendo testigo directo de algunos de los acontecimientos más sobresalientes del último cuarto de siglo, como su trabajo como enviada especial con motivo de la caía del Muro de Berlín, 1989; o cuando cubrió la visita de Gorvachov a España; el Telediario hizo desde Barcelona aprovechando la clausura de las Olimpiadas del 92; o más recientemente relatar el mayor atentando terrorista de la historia moderna como fue el 11-S. Además de poder entrevistar a personalidades relevantes como Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González o el propio Fidel Castro, entre otros.

Rosa María Mateo presenta el Telediario desde Montjuic con motivo de la clausura de los JJ.OO. Barcelona’92.

Aparte de su tarea como comunicadora por la que es de sobra conocida, siempre tuvo un cierto interés por el séptimo arte, y que puso de manifiesto desde joven al cursar cinematografía, así como participando en el programa Buenas tardes, en el que llevaba una sección dedicada al cine, o presentando en 1983 el programa de cine Fila 7, además, tuvo la oportunidad de comprobar por si misma lo que es ser actriz al interpretar el personaje de Charo en la película Carta de amor de un asesino, 1972 de Francisco Regueiro, en donde se nos narra la historia de cuatro crímenes que conducen a una carta con las claves del enigma. Como curiosidad señalar que la película no llegó a estrenarse por causa de un pleito.

Rosa María Mateo interpreta a Charo en la película Carta de amor de un asesino, 1972 de Francisco Regueiro.

De Rosa María Mateo es de justicia destacar no sólo su compromiso ético y profesional también su compromiso social, especialmente con los colectivos más vulnerables, aparte de ser una mujer de fuertes convicciones, que no se ha amilanado a las imposiciones, muestra de ello fue cuando en 1984 decide presentar su dimisión a la dirección de informativos por discrepar con la forma debía dar una noticia sobre el Papa, a pesar de las críticas recibió tachándola de anticatólica.

Fueron varios los premios y reconocimientos recibidos a lo largo de su carrera profesional, entre los que se encuentran un Ondas, una Antena de Oro, el premio a Toda una vida otorgado por la Academia de la Televisión en 2008 (imagen), y más recientemente, la Medalla de Oro de Mérito al Trabajo en 2010.

En la actualidad, Rosa María Mateo está disfrutando de una tranquila jubilación, centrada básicamente en su labor de conferenciante, y ocupando el resto de su tiempo con la lectura, reconociéndose además como una gran seguidora de series.

lunes, 6 de junio de 2011

Lina Morgan, una cómica genuina.


Este Inolvidable lo dedico a una de las cómicas más genuinas de nuestro país, Lina Morgan. Al igual que Chaplin y Mario Moreno crearon a personajes como Charlot y Cantinflas, por los que pasaron a la posteridad. Lina, también fue quien para crear el suyo, al que cabría denominar con diferentes nombres como personajes interpretó, y que genéricamente cabría definir como "la tonta del bote", en referencia a una de sus películas de mayor éxito, caracterizados por el de una mujer soltera, de provincias, un tanto ingenua e inocente, honrada y caritativa pero desafortunada y sin haber conocido el amor de su vida.


Personaje que ha ido creciendo a la par que la propia Lina, y del que no pudo desprenderse a lo largo de su carrera llevando tanto al cine, teatro y la televisión. Lo que la permitió convertirse en seguida en todo un fenómeno social en nuestro país, logrando acaparar los índices de popularidad más elevados cualquier artista precie. Pues el público parecía no cansarse en ver a la singular Lina, llenando los teatros cada vez estrenaba alguna de sus funciones, lo cual le valió el calificativo de rompetaquillas; estrenaba una película, entrando en la lista de las más vistas del año y en una de las actrices mejor pagadas del cine español; o cuando protagonizaba una serie para televisión, acaparando los mayores índices de audiencia.


Un sector le ha reprochado el haber explotado el mismo personaje durante tanto tiempo y el haber recurrido siempre a los mismos gags que tanto la hicieron popular. Sin embargo, Lina Morgan ha dicho en más de una ocasión que hizo lo mejor que ha sabido, hacer reír, tarea nada fácil por cierto, y siempre respondiendo al deseo del público que era lo que le pedía. Lo cierto es, que nadie como ella ha conseguido crear ese vínculo de unión entre el artista y el espectador, capaz de generar todo un sentimiento mutuo de agradecimiento, admiración, cariño y respeto que ha perdurado a lo largo de su carrera, siendo ya más de sesenta años que se dice pronto, y de lo cual muy pocos pueden presumir.


Personajes como los que Lina interpretó sólo pueden surgir de la genialidad, pues aunque no ha tenido una formación como hubiese gustado, no estuvo falta de una inteligencia natural para la  improvisación, capaz de sorprender con su peculiar expresión corporal y lenguaje desenfrenado y directo, generando en el espectador no sólo la risa fácil sino también yendo directo al corazón, en una de las mejores expresiones tragicómicas de una extraordinaria clown.


Su  verdadero nombre es María de los Ángeles López Segovia. Nació en el Madrid mas castizo, el barrio de la Latina, en el seno de una familia modesta, siendo la cuarta de cinco hermanos, de cuerpo menudo, traviesa y mala estudiante. Su ilusión era ser bailarina, le hizo ganar  un concurso radiofónico por el cual obtiene una beca que le permite estudiar en una academia de baile clásico español. Allí tiene la oportunidad de ser seleccionada para formar parte de la primera formación de la compañía de los Chavalillos de España. Una compañía infantil que la lleva a recorrer todo el país abriéndose así al mundo de la farándula, y según sus propias palabras, fue donde se hizo mujer.


Con dieciséis años ingresa en la compañía de Matías Colsada, teniendo que falsificar su partida de nacimiento para poder participar en varios de sus espectáculos, como bailarina de reparto, hasta que consigue un papel protagonista aprovechando una baja por accidente de una de las vedettes principales. Sabedora que no llegaría a ser por sus rasgos físicos una supervedette, echó mano de sus mejores recursos, su vis cómica, para ganarse el favor del público y el del director de la compañía Alfonso del Real. Así, pronto pasa a convertirse en segunda vedette de la compañía paro lo cual se vio obligada a buscar un nombre artístico. Ella y su hermano José Luis deciden usar el de Lina Morgan. Lina como diminutivo de Angelina, su nombre, y Morgan por lo de la banca Morgan, suponiendo le traería suerte.

Reproduzco una versión que la propia Lina hizo de el Pichi en esta ocasión para el programa de TVE La Hora de Lina Morgan, 1976.

En 1958 representa al famoso personaje de el Pichi de la revista musical Las leandras, que supuso su primer gran éxito profesional de crítica y público. En seguida se convierte en primera figura del teatro español, pasando por varias compañías como primera vedette cómica compartiendo cartel con los mejores actores del momento, entre los que cabe citar a Tony Leblanc, Manolo Paso, Miguel Gila, Ángel de Andrés y, muy especialmente Juanito Navarro. Con este último le llevaría durante más de diez años a protagonizar con éxito innumerables revistas y películas como pareja cómica. Aunque fue realmente TVE quien les dio a conocer artísticamente como pareja, “el Papá y la Niña”, en programas como Gran Parada, Cita con el humor, Galas del sábado, además de protagonizar durante unos cuantos años los Fines de Año de televisión.

Lina Morgan en La tonta del bote, 1970.

Pero, si en el teatro se la rifaban con suculentos contratos entre las más importantes compañías de revista, y en televisión se había convertido en todo un personaje popular, no debemos pasar por alto su incursión en el cine, donde su popularidad se acrecentó si cabe más todavía. Comenzó como actriz secundaria en los títulos más populares del cine español al lado de cómicos como Paco Martínez Soria, Tony Leblanc, Antonio Garisa, Juanjo Menéndez, López Vázquez, Gracita Morales, Antonio Ozores o Mary Sabtpere, entre otros, para pasar a protagonizar Soltera y madre en la vida 1969 y La tonta del bote 1970. Dos títulos que marcaron su carrera como actriz del momento. Lo cual no pasó desapercibido para Mariano Ozores que en seguida se fijó en ella para dirigirla en numerosas producciones sin más pretensión que el de distraer al público. Así la pudimos ver en  La Graduada 1971, Dos chicas de revista 1972, La descarriada 1972, La llamaban la madrina 1973, Señora doctor 1973. Completando más de ochenta películas a lo largo de su carrera profesional.

Lina Morgan y José Luis López Vázquez protagonizan Una pareja distinta, 1974.

Ahora bien, hay un título que merece destacarse por su singularidad en la filmografía de Lina. Me refiero al papel  de Zoraida “la mujer barbuda” interpretó en Una pareja distinta 1974 junto a un José Luis López Vázquez travestido. Una película muy adelantada para la época a pesar de resultar un rotundo fracaso. Llegada la transición y con ello el destape lleva a Lina a pasar al olvido al no aceptar hacer según que papeles, y a partir de ahí, ella reconoce que no ha tenido opción de hacer cine, aunque algunos directores parece quisieron contar con ella y sin embargo rechazó.

Lina Morgan canta una de sus canciones más emblemáticas, su carta de presentación "Gracias por Venir" antes de comenzar la función Vaya par de Gemelas, 1983.

Un momento importante en la vida profesional de Lina fue cuando en el año 1975, junto a su hermano José Luis, montan su propia compañía de revistas. Momento no exento de riesgo y un tanto crítico con la huelga de actores, la nueva situación de incertidumbre política tras la muerte de Franco, el surgir del destape. Aun así, Lina consigue salir adelante. A la vez que trata de hacer realidad una de las mayores ilusiones mantenía desde que era niña, tener un teatro propio en el que poder representar sus obras, y ese no era otro que La Latina. Aquel  teatro por el que pasaba todos los días, siendo una niña, cada vez salía de casa y en el que pasaba horas de juegos en su escalinata. Aprovechando que La Latina no pasaba por su mejor momento y el edificio estaba necesitado de reformas decide en 1978 arrendar para ya en 1983 adquirir. Lo coge en un momento crítico y que trató de impulsar con algunas de sus obras que llegarían a ser grandes éxitos como La Marina te llama, Vaya par de gemelas, Sí al amor, El último tranvía, Celeste no es un color, logrando con ellas batir record de lleno absoluto y recaudación. El buen momento por el que pasó La Latina de la mano de Lina Morgan puso de manifiesto también que aquello no hubiese sido posible de no ser por la estrecha relación mantenía Lina con su hermano pequeño José Luis, el cual llevaba la gestión y programación y Lina la parte artística.

Secuencia de la función Vaya par de Gemelas.

A TVE no le pasó desapercibido el fenómeno social Lina Morgan y decide grabar desde el propio teatro la Latina la obra Vaya par de gemelas que venía representando con enorme aceptación. Emisión que se pasó en las navidades de 1983 dentro del espacio La Comedia, consiguiendo uno de los mayores record de audiencia de la historia de TVE. Éxito que TVE volvería a repetir años más tarde con otra de las obras más conocidas de Lina Morgan, Sí al amor, emitiéndose a principios de 1988 y alcanzando una audiencia media del 84% y más de dieciséis millones y medio de espectadores, convirtiéndose en el espacio más visto del año. En 1990, después de las campanadas de Fin de año y del especial de Martes y Trece, TVE emite otro de los grandes éxitos teatrales de Lina Morgan, El último tranvía congregando a más de seis millones y medio de espectadores y un 72% de share. Ya en 1993 durante las Navidades TVE ofrece la obra Celeste… no es un color llegando a congregar  a una audiencia media de un 61% y más de nueve millones y medio de espectadores. Sin contar las reposiciones de dichas obras congregando nuevamente a millones de espectadores.


En 1993 abandona el teatro por circunstancias personales y decide realizar con Pedro Masó, como director, la serie Compuesta y sin novio. Rodada en formato de película de trece episodios pasó a emitirse en 1994 en Antena 3 convirtiéndose en todo un éxito de audiencia, llegando a desbancar al todopoderoso Quién sabe dónde de Pacó Lobatón. Su hermano José Luis firma el que sería su último contrato, como representante de su hermana Lina Morgan, antes de fallecer y estando ya aquejado de una enfermedad desde 1993 para realizar con TVE y de la mano de Valerio Lazarov el especial de Navidad de 1995, La Noche de Lina. El resultado fue espectacular, consiguió reunir frente al televisor a más de ocho millones de espectadores con un 54% de share, batiendo el record absoluto de audiencia en el año, llegando a puntas de catorce millones.


En 1996 se presenta la que será la primera telecomedia de Lina Morgan para TVE, Hostal Royal Manzanares, ideada y dirigida por Sebastián Junyent y producida por Valerio Lazarov. Su estreno fue arrollador más de ocho millones de espectadores y que fue revalidando cada jueves, convirtiéndose en el mayor éxito de la temporada, lo cual le permitió continuar por tres temporadas más hasta completar un total de sesenta y dos capítulos. El esquema de la serie era similar a las obras de teatro había protagonizado Lina, contaba con público en directo, escenarios fijos en los que la emisión se desarrollaba de forma continua no parando ante cualquier contratiempo se produjese, dotando así a la serie de una espontaneidad no vista antes en televisión, y donde Lina se llevaba el mayor de los protagonismos a pesar de haber contado con un importante elenco de actores y personajes populares pasaron por el Hostal. Lina interpretaba a Reme, una mujer de pueblo que llega a Madrid junto a su padre para alojarse en el hostal de su tía Asunción. Su personaje seguía la línea de muchos otros interpretó en sus obras de teatro. El de una mujer de provincias, soltera, honrada, inocente y bondadosa y sin haber conocido el amor de su vida. En cada capítulo, Reme trataba de solucionar los problemas presentaban los clientes del Hostal, en tono de humor no exento a veces de ciertas pinceladas de dramatismo. A su vez, cada episodio incluía un "toma y daca" protagonizaron la propia Reme y Luis (Joaquín Kremel) tratando de darse celos mutuamente ocultando de la peor forma sus verdaderos sentimientos echando mano para ello de falsos compromisos, nuevas parejas que duraron hasta el último capítulo. La navidad de 1997, concretamente el 25 de diciembre, TVE emitió el capítulo final de Hostal Royal Manzanares, episodio en el que finalmente Reme y Luis se dieron el “sí quiero”, y como no podría ser de otra manera, fue uno de los episodios más esperados.

Lina Morgan protagoniza por partida doble la serie Una de dos, 1998.

En 1998 estrena nueva telecomedia, Una de dos, dirigida en esta ocasión por José Ganga y producida por José Frade. La serie prometía y de hecho comenzó bastante bien en cuanto audiencia pero a medida que pasaban las semanas empezó a acusar un cierto desgaste lo cual fue aprovechado por la prensa para llevar una campaña de acoso y derribo, incluso llegando a cuestionar la carrera de Lina. Sin tener en cuenta que la caída de audiencia de la serie pudiere deberse más a cierto abuso de la popularidad y saturación de Lina se venía produciendo por parte de las televisiones con las continuas reposiciones de algunas de sus telecomedias tanto por parte de TVE como Antena 3, aparte que ese mismo año había estrenado la película Hermana, pero qué has hecho convirtiéndose en la más vista del cine español de aquel año.


En 2001 TVE recurre a la actriz después de un tiempo alejada de los escenarios para protagonizar una nueva serie Academia de baile Gloria, dirigida y escrita por Sebastián Junyent y producida por José Frade. La serie narra las peripecias de una exvedette abandonada por su marido desde hace años, con dos hijos, su madre, y su amiga la pianista, decide montar en su piso en el que vive alquilado una academia de baile para sacar adelante a los suyos. La novedad es que Lina Morgan ya no era la mujer soltera, de provincias y un tanto ingenua e inocente en busca de marido pasando a interpretar a una mujer del siglo XXI donde cada semana se daba cita con hombres de los más variados estereotipos. El sistema de grabación fue similar a la serie Hostal Royal Manzanares, con público en plató. Sistema del que fue pionera en nuestro país.


Su último trabajo para TVE, fue una serie que sufrió varias transformaciones. En principio iba como serie que llevaría por título Restaurante Casablanca y de nuevo sería producida por José Frade. Pero después pasaría a ser un programa de humor construido a base de cuatro escenas cómicas, ¿Se puede?, dirigida y realizada por Gustavo Pérez Puig y escrita por diferentes guionistas y que vendría a suponer todo un reto para Lina, realizar hasta un total de cincuenta y dos registros, repartidos en trece episodios donde compartiría protagonismo con diferentes actores. Coincidiendo con un cambio en la dirección de RTVE la serie queda por un tiempo relegada en un cajón hasta que deciden estrenar los sábados a partir de las 23.00 horas en sustitución de Noche de Fiesta. La serie se mantuvo hasta la séptima semana, dicidiendo TVE cancelarla por baja audiencia. A partir de entonces, Lina Morgan se toma un tiempo de retiro voluntario que sólo deja paso a pequeñas colaboraciones en series como Aquí no hay quien viva, A tortas con la vida o Escenas de Matrimonio, todas ellas de José Luis Moreno, por entonces su socio teatral.

Han sido innumerables los premios y reconocimiento recibidos por Lina Morgan a lo largo de su carrera artística. Muchos de ellos recibidos por ser una de las personalidades mejor valoradas de España. Pero el que sin duda llenó de orgullo a la propia actriz ha sido la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo recibió en 1984 (imagen).

Lina Morgan, como actriz ha decidido bajar el telón, y poner fin a su faceta de empresaria al haber vendido recientemente La Latina. Su función ahora continua en otros escenarios, el de su familia, que junto a su público siempre constituyó una parte fundamental en su vida.  No cabe, pues más que recordarla con enorme cariño, ha conseguido como nadie hacer reír a varias generaciones de españoles, aunque fuese tan sólo para hacernos olvidar por un momento nuestros problemas cotidianos, y poder observar a través de sus interpretaciones la ternura y bondad de su persona, que ha conseguido transmitir como muy pocos.