jueves, 14 de junio de 2012

Lolo Rico, una revolucionaria de la televisión.


Lolo Rico es uno de los referentes de la mejor programación infantil en televisión se ha hecho en nuestro país. A ella se deben dos de los espacios más emblemáticos de la pequeña pantalla como son La cometa blanca y La bola de cristal, con las que fascinó y alimentó la imaginación de toda una generación de niños en los 80. En una época donde la televisión ansiaba libertad y cambios, se apostó fuerte por propuestas más atrevidas e innovadoras cuyo mayor exponente fue La bola de cristal, un programa que surge del ingenio y valentía de Lolo Rico por una televisión más creativa y comprometida, sin embargo, no tardó en ver truncada la libertad le brindaron desde TVE, en el momento que vieron sobrepasaba la políticamente correcto, poniendo fin a uno de los mejores programas infantiles y juveniles de la televisión.

Hizo que la televisión fuese mucho más que un electrodoméstico frente al que matar el tiempo, pues sus programas trataban a los niños como adultos, con contenidos pedagógicos para el desarrollo de la personalidad en su capacidad crítica y posicionamiento ante el mundo le rodea. Y aunque se le atribuye la condición de pionera en la dirección de programas infantiles y juveniles, sin embargo, considera que hizo programas para todos los públicos, ya que no hay programas infantiles y juveniles, sino programas buenos o malos con independencia de la complejidad de sus contenidos.


Lolo Rico sintió desde niña una gran predilección por la literatura y las artes en general propiciado en gran parte por la afición a leer le inculcó su padre, lo cual en un primer momento la llevó a estudiar Bellas Artes. Y tras contraer matrimonio y ser madre de siete hijos, se replantea por completo su vida, buscando en dos obras La psicopatología de la vida cotidiana de Freud y El capital de Karl Marx que había leído de niña las respuestas a su conflicto existencial, rompiendo con un matrimonio aparentemente normal pero que no la hacía feliz, a la vez que estudia periodismo para centrar en lo audiovisual todo su talento creativo. Fiel a sus ideales y sentimientos,  se define como comunista radical, librepensadora e inconformista.

Se inicia escribiendo cuentos para niños pero pronto dará el salto al mundo de los medios de comunicación. Comenzó en RNE para después pasar a TVE asumiendo labores como guionista y directora de diversos espacios infantiles, llegando a asumir entre 1991-1992 la dirección del área de programas infantiles y juveniles de TVE, así como del área de programación infantil de RNE.

Cabecera del programa infantil La cometa blanca 1981-83.

En televisión comienza como guionista en  programas infantiles como La casa del reloj 1971-74, Un globo, dos globos, tres globos 1974-1979 o Jueves locos 1978 para posteriormente a comienzos de los 80 pasar a la dirección de programas. Así, en 1981 crea y dirige La cometa blanca, un espacio infantil que se emitió por las tardes y en el que se pretendía mostrar a los más pequeños la importancia de la expresión corporal, la naturaleza, la iniciación a la lectura y escritura. Para ello combinaba diferentes sketches, protagonizados por actores como Jaime Blanch, Luis Perezagua, Maite Tojar , Mari Luz Olier, Alfonso Vallejo, o Ruth Gabriel, con actuaciones musicales y fragmentos de animación como Andrea y Enrique, o el mundo de los dibujos hechos a tiza. Debido a la buena aceptación tuvo entre la audiencia infantil permaneció en antena hasta 1983.

 Cabecera del programa La bola de cristal 1984-88.

En la primavera de 1984, Lolo Rico recibe el encargo por parte de la dirección de TVE para hacer lo que quisiese los sábados por la mañana, una franja olvidada por completo y de escasa audiencia, que la llevó a idear uno de los espacios hasta el momento más imaginativos y rompedores se recuerdan de la televisión, La bola de cristal. Su estreno tuvo lugar el 6 de octubre de 1984 y aunque iba orientado a niños y jóvenes fue visto por todo tipo de público, alcanzando shares de hasta cinco millones de telespectadores. Un éxito que no dejó indiferente a nadie tanto por su componente ideológico, su tono satírico que no ofensivo como por lo que tenía de innovador. Hasta el propio Jim Henson, creador de los Teleñecos, reconoció que le hubiese gustado inventar un programa como La bola de cristal. Éxito que además vino propiciado porque dio cabida a los movimientos musicales en auge por aquel entonces agrupados en torno a La movida, logrando que pasasen  por el programa los mejores solistas y grupos del momento.

Olvido Gara (Alaska), en el personaje de una bruja postmoderna en La bola de cristal.

Si algo caracterizó a La bola de cristal fue el magnífico equipo lo conformaba, dotado de una gran capacidad creativa, algunos de los cuales fueron descubiertos y rescatados por Lolo Rico de la calle, es el caso de Olvido Gara más conocida como Alaska, y que decidió convertir en la imagen representativa de La bola de cristal,  o el de Pablo Carbonell y Pedro Reyes con su humor surrealista, también pudimos ver a actores como Miguel Angel Valero (Piraña en la serie Verano azul), Fedra Llorente (La Bombi en el Un, dos, tres...), Anabel Alonso, Luis Perezagua, Quique San Francisco, o cantantes como Santiago Auserón, Kiko Veneno, o Loquillo que junto a Alaska interpretarían algunas de las canciones originales de La bola de cristal.

Los electroduendes.

La bola de cristal se componía de diferentes bloques, el primero dirigido a un público preescolar, cuyo protagonismo recayó durante el primer año de emisión en dos presentadores, Isabel Bauzá y Gerardo Amechazurra a los que acompañaban Los electroduendes, unos seres provenientes de la técnica del medio televisivo, que tenían como objetivo ocasionar todo tipo de desastres técnicos con tal de entorpecer el normal desarrollo del programa, hasta que consiguen que los presentadores desaparezcan tras ser fusionados. De esta forma Los electroduendes pasan a adquirir un mayor protagonismo como programa independiente de La bola de cristal, entre ellos destacaba la malévola Bruja Avería, que con su rayo catódico hacía desaparecer todo aquello que se le pasaba por delante, que junto a sus célebres frases: ¡Viva el mal, viva el capital!, Soy Avería, y aspiro a la alcaldía, Eres un meapilas, etc., constituyó todo un icono del programa, a la que acompañaron otros electroduendes como Maese Sonoro, Maese Cámara, el Hada Truca, el Hada Vídeo y Amperio Felón, en un bloque en el que además se incluían video clips musicales y series de animación como Los plastinots, Little misses, La gata loca y Desenseñar a desaprender.

El resto del programa orientado hacia un público más juvenil se componía de El librovisor, sección en la que se actualizaba desmitificando a grandes obras y personajes del mundo de los cuentos a través de una serie de historietas protagonizadas por Alaska y Miguel Ángel Valero en el papel del detective Mantequilla, para más tarde homenajear al mundo de los clásicos de la literatura, las telenovelas o el cine de terror a través de sketches protagonizados también por Alaska pero esta vez acompañada por Pedro Reyes, Pablo Carbonell o Fedra Llorente, ya en los últimos años derivó en una sección destinada a criticar los ámbitos de la cultura con El circo de la cultura, con la incorporación de nuevos actores, así como una parodia de personalidades del momento en Vidas ejemplares.

La famila Monster y La pandilla dos de las series se emitieron en La bola de cristal.

También estaba la sección La banda magnética, aquí se proyectaron series como La pandilla, La Familia Monster, o Embrujada, e incluía el espacio Monográficos dedicado a actores y actrices míticos del cine o el concurso La chica de la Bola. Ya a partir del programa veintiuno se crea una nueva sección La cuarta parte, que se convirtió pasado cierto tiempo en un programa independiente de La bola de cristal por el marcado carácter satírico y transgresor de sus contenidos, la conformaba por un lado  La entrevista del patito donde Lolo Rico hacía una serie de entrevistas a personalidades haciéndose acompañar de un pato, incluía la serie El hombre invisible y un noticiario de lo más disparatado de la mano de Javier Gurruchaga en el papel de James Bond.

Parte del equipo del programa La bola de cristal.

Con la llegada de Pilar Miró a la dirección de RTVE, se presionó para que se redujese el nivel de sátira se dispensaba a ciertas personajes públicos especialmente desde la sección La cuarta parte, lo que llevó a que se prescindiera de la misma a finales de 1987, generando el desánimo entre los guionistas y la propia Lolo Rico que provocó la posterior cancelación de La bola de cristal, con su despedida el 25 de junio de 1988. Durante la época estival se emitieron una selección de los mejores momentos del programa finalizando sus emisiones el 10 de septiembre de 1988, momento a partir del cual pasa a ser sustituido por un nuevo espacio infantil  Cajón desastre que condujo Miriam Díaz Aroca.

Tras finalizar La bola de cristal, Lolo Rico siguió en TVE pero pasó a un segundo plano, realizando funciones como productora ejecutiva o regidora hasta su salida en 1999. En los últimos años, Lolo Rico ha investigado sobre la programación y la publicidad en televisión y su impacto en los telespectadores. Además ha realizado y dirigido documentales sobre personajes de ficción creados por conocidos escritores como Josefina Aldecoa, Juan Marsé o Bernardo Atxaga y ha colaborado tanto en revistas como prensa escrita.


Como autora, ha publicado varios libros relacionados con el medio televisivo, y respecto al que se ha mostrado especialmente crítica, sobre todo en lo tocante a  programación infantil, cada vez más vacía de contenidos y violenta, que lleva a los niños a ser tratados como simples consumidores, entre lo publicado destaca Televisión, fábrica de mentiras, Ver y enseñar a ver televisión, El buen telespectador, también cabe destacar El libro de La bola de cristal, un repaso al programa que más fama le dio.  Su compromiso con la educación y su conciencia política también la llevó a publicar libros de no ficción como Si tu hijo te pide un libro, Cómo hacer que tus hijos lean y Cartas de una madre de izquierdas a una hija de derechas.


Ha publicado recientemente sus memorias ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan deprisa y yo no me dé cuenta?, donde hace un repaso exhaustivo desde la niñez, pasando por su familia burguesa y el impacto supuso para ella la guerra civil, su participación en el movimiento antifranquista, su traslado a Barcelona para trabajar en la editorial Bruguera donde vivió la época de la Gauche Divine, años en los que entabló amistad con importantes escritores como Rosa Chacel, Juan Marsé, Ernesto Sábato o editores como Carlos Barral, entre otros.

Lolo Rico ha visto reconocida su carrera con premios como el Ondas, el TP o el premio Talento, que recibió en 2001.

Lolo Rico fue capaz de servirse de la imagen para crear su propio lenguaje, y aunque aquellos niños de los 80 no entendiésemos mucho lo que veíamos en sus programas, consiguió que todo aquello nos fue mostrado, aparte de contribuir a nuestra formación y alimentar nuestra imaginación, permaneciese con los años en nuestro subconsciente, consiguiendo así hacer de nosotros personas más libres.

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