A partir de mediados de los 80, los directivos de TVE y, en especial, estando Pilar Miró al frente de RTVE, consideraron que una forma de contrarrestar el poder absoluto de la ficción estadounidense en televisión, era llevar a cabo una política de alianzas entre varias televisiones europeas a través de la figura de la coproducción y adquisición e intercambio de contenidos, que incluso llegó a traspasar las fronteras del viejo continente, con acuerdos con países como Australia y Canadá. De esta forma llegaron a nuestro país gran variedad de series, animaciones, mediometrajes y largos de orígenes y culturas diferentes, destacando en especial los provenientes de Centroeuropa y del Este, por entonces bajo dominio de regímenes comunistas, que contaban con fuertes inversiones cinematográficas. Es el caso de países como Checoslovaquia, que hizo de los Estudios Barrandov, creados en los años 30, uno de los más importantes de Europa durante las décadas de los 70 y 80, llegando a alcanzar el calificativo del Hollywood de Europa o del Este, y desde el que se produjeron algunas de las películas estadounidenses más importantes. También Alemania del Este o Polonia realizaron grandes inversiones cinematográficas, incluso, a nivel de coproducción. Esto hizo posible que muchos directores procedentes de regímenes comunistas trabajasen sin pensar en si su película iba a resultar comercial o no, que unido a su gran talento, les llevó a dar rienda suelta a su imaginación sin tener que comprometer a sus gobiernos, creando verdaderas maravillas dentro del género fantástico principalmente, tanto para un público infantil-juvenil como adulto.
Entre las
coproducciones realizadas por países como Checoslovaquia, Alemania, Austria, Francia,
Italia, e incluso España, están una serie de películas para televisión,
pertenecientes en su mayoría al género fantástico, basadas en varias leyendas y cuentos de hadas recogidos de la tradición popular europea por escritores como
Perrault o los hermanos Grimm. Aún siendo bastante fieles al texto original,
cada película era fruto de la personalidad y creatividad artística de un
director diferente, yendo desde las versiones más clásicas a las más barrocas por sus extravagancias e, incluso, de corte futurista, con atmósferas un tanto
tétricas y tenebrosas. Pero cuyo
nexo común, a todas ellas, estaba en tomar como escenografía los mismos lugares
de origen de los cuentos, recreando costumbres y mostrando aquellos
castillos, fortalezas, aldeas olvidadas y densos bosques en que discurrieron
gran parte de aquellas historias, sirviendo mejor en su reflejo a la idiosincrasia
de pueblos y regiones de Europa, a la vez que se les dotaba de un mayor
realismo y cercanía con sus gentes, desmarcándose así de otras producciones,
sobre todo norteamericanas, construidas sobre escenarios imaginarios y por ello
más glamurosas y fantásticas.
Giulietta Masina como la Dama de las nieves.
En España se pudieron ver por primera vez durante las navidades de 1986 bajo un programa llamado Cuentos Populares Europeos. En el se ofrecieron títulos como La dama de las nieves (Perinbaba) de Juraj Jakubisko, una conmovedora y hermosa historia basada en uno de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm, en el que se nos relata la historia de la señora de las nieves, interpretada por Giulietta Masina, y su relación particular con un niño llamado Jakub que, tras rescatar de la Muerte, decide llevar consigo a un lugar donde el tiempo no existe y desde el que administra que las estaciones de la Tierra se lleven a cabo de manera regular. Pero, aunque el muchacho se las prometía feliz ayudando a la señora de las nieves en el correcto control de los elementos de la naturaleza , nace su amor hacia una joven que observa cada día en la Tierra, y su deseo por volver.
Los zuecos de la felicidad.
Los
zuecos de la felicidad (Galose Stastia) de Juraj Herz, basado en uno de los
relatos de Hans Cristian Andersen. Da comienzo con una fiesta de disfraces
a la que acude gente importante, y en la que su anfitriona cuenta con unos zapatos mágicos
que dicen dar la felicidad a quien los posee, y en su deseo está regalarnos. Pero su mayordomo deja los zapatos mágicos en el guardarropa de entrada donde
los invitados también dejaron los suyos. De tal forma, que uno de los invitados a la fiesta, en concreto, el concejal que interpreta José Luis López Vázquez, en el momento de ir a recoger los suyos, toma por error los zapatos mágicos. A partir de ahí le irán ocurriendo una
serie de desgracias hasta que unos moribundos se los roban. Los zapatos irán
pasando por diferentes manos, causando todo tipo de desgracias a sus dueños.
El rey mendigo.
El rey
mendigo (Král drozdia brada) dirigida por Miloslav Luther y basada en uno de
los cuentos de los hermanos Grimm, cuenta la historia de cómo un rey fue
capaz de poner a prueba el orgullo y arrogancia de su hija, eligiendo a un
mendigo como su prometido, hasta conseguir que cambie de parecer.
Lola Forner en Nicolasete Nicolasón.
Ya en
1988, estos cuentos filmados contaron con una mayor regularidad al pasar a
emitirse los viernes por la tarde dentro del espacio juvenil La linterna mágica, con nuevos
títulos como El falso príncipe, La Flor del Amor, El Príncipe de Sal, Los Tres
Cabellos del Rey Sol, El agua de la vida, o El fiel Juan. Posteriormente,
volvieron a emitirse durante las navidades de 1990, 1991, 1994 y 1997, bajo el
título Cuentos Maravillosos y Cuentos Mágicos, a los que se sumaron nuevos títulos
como Nicolasete Nicolasón (Mikola a Mikolko) de Dušan Trancik, basado en un cuento
de Hans Christian Andersen, y en el que la actriz española Lola Forner tuvo un
pequeño papel.
Enma Suárez en Blancaflor, la hija del diablo.
Blancaflor,
la hija del diablo, coproducida por TVE y dirigida por Jesus Garcia de Dueñas, contó
con la participación de un nutrido elenco de actores españoles encabezados por
una jovencísima Enma Suárez, Héctor Alterio padre o Francisco Casares, entre
otros. Cuenta la historia de un joven osado en el juego de cartas, que al ganar
todas las apuestas, hizo que su avaricia le llevase a retar al propio diablo. Este se presenta y tras perder todo su dinero, le reta con
jugarse su propia vida. Entonces, el muchacho convencido que también le ganaría, acepta la apuesta. Pero, en esta ocasión pierde, debiendo emprender un largo
viaje para recuperar su alma que conseguirá recuperar gracias a Blancaflor la
hija menor del diablo de la que acaba enamorado y comprendiendo el verdadero
sentido de jugarse la vida a una sola carta en un acto de pura soberbia.
Mónica Molina en El sastrecillo valiente.
El sastrecillo valiente (Sedem jednou ranou) de Dušan Trancik, basado en uno de los cuentos
clásicos de los hermanos Grimm, contó entre su reparto con la presencia
española de una joven Mónica Molina. La bella durmiente del bosque, El
príncipe encantado con un pequeño papel de Concha Cuetos, Cenicienta, El compañero de viaje, Blancanieves,
o El Traje nuevo del emperador, fueron
otras de las películas con las que se trató de recuperar para el telespectador las narraciones europeas sobre cuentos de hadas.