domingo, 14 de agosto de 2011

Raffaella Carrà, 'la bomba italiana'.


Mujer singular y polifacética donde las haya, cantante, bailarina, actriz, presentadora, comunicadora, en definitiva un espectáculo en si misma. Admirada e idolatrada no sólo en su país, Italia, sino también en medido mundo, conocida por los apelativos 'Diva italiana', 'La bomba italiana', 'La señora del espectáculo'. Dotada de una energía y personalidad tremenda caracterizada por su naturalidad, cercanía, inteligencia, de carácter inquieto, un punto inocente, y que aquí en España fue llamativa su particular forma de hablar, por su imperfecto español, que lejos de ser un inconveniente fue su mejor aliado para que definitivamente el público español se rindiese totalmente.


Realmente empezó muy joven, centrándose en su formación como bailarina y primeras oportunidades vinieron del mundo del cine, desarrollando algunos papeles en Italia, Francia e incluso Hollywood llegó a fijarse en ella. Sin embargo, su mayor éxito estaba por llegar y es con su vuelta a Europa y en concreto a su país natal, Italia. Ambiciosa donde las haya, y sabedora de los cambios rompedores se están produciendo a finales de los 60, influenciada por el cabaret y teatro musical parisino de entonces, crea su propio espectáculo con un estilo personal que marcará un antes y un después por el éxito y repercusión alcanzó.


Con un estilo desenfadado, alegre, desinhibido, vestimenta llamativa, moviéndose por el escenario con sorprendentes puestas en escena, sacudiendo la cabeza con su inconfundible melena, llegó a romper los esquemas más clásicos de cantante estática y formal habíamos visto hasta ahora. Ocasiona un arrollador éxito en la música disco de aquellos años no sólo en Italia, sino también en Iberoamérica a donde lleva sus espectáculos, y como no, España. Todos tenemos en mente temas tan populares como Felicidad da da, Fiesta, En el amor todo es empezar, ¡Qué dolor!, Rumore y Caliente, caliente, entre otros muchos, encabezando las listas de los más escuchados y vendidos del momento, y consiguiendo ser disco de oro y platino en innumerables países.


Centrándonos en el mundo de la televisión que fue donde desarrolló la mayor parte de su carrera, y donde fue creadora y partícipe de inolvidables espacios caracterizados por su sello personal e inconfundible personalidad que la han hecho única, y concretamente, ciñéndonos a España, su primera aparición fue en el programa Señoras y Señores en 1975, los españoles no tardaron en enamorarse de 'la bomba italiana', y el primer álbum de Raffaella (con una recopilación de lo mejor que había editado en Italia) invadió los oídos de los españoles en pocas semanas. El disco incluía además algunas versiones cantadas en castellano. Fue entonces, cuando -sin precedentes- los ejecutivos de TVE le ofrecieron hacer un especial  La Hora de Raffaella Carrà, fueron cuatro en total dedicados por enteros a ella, un experimento exitoso.


Después de su periplo por Iberoamérica a la que llevó sus espectáculos y por los que consiguió un gran éxito, incluso llegó a rodar una película. Regresó a su país y será la RAI quien la encumbre a lo más alto del estrellato televisivo. En la década de los 90  volverá de nuevo a España en esta ocasión presentando ¡Hola, Raffaella! (la versión española de su Pronto, Raffaella en Italia) de 1992-94. La mayoría recordaremos este programa por los juegos telefónicos con el público, y las tantas anécdotas ocasionó Raffaella con sus llamadas, así como el juego 'Si fuera...', con sus invitados en plató. Fue tal el éxito que tuvo hasta tres temporadas e incluso una versión a modo de magazine diario A las 8 con Raffaella, en 1993.


Tras su breve paso por Telecinco con un espacio que no resultó del todo, vuelve a Italia y consigue enorme éxito presentando Carramba che sorpresa y posteriormente Carramba che fortuna. Desde entonces no regresará a nuestro país más que de forma puntual. En 1997 fue invitada por TVE para presentar junto a Ramón García las las campanadas de Fin de Año. Después en 2004 asumió la presentación del maratón Contigo destinado a apadrinar niños en el tercer mundo, así como, en 2006 se sumó a la conmemoración de los 50 años de TVE en sendos especiales, y en 2008 para conducir el espacio Salvemos Eurovisión de cara la elección de nuestro representante en Eurovisión, junto a dos galas más sobre este festival.



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