Concha García Campoy, una lección de vida.

Concha García Campoy, el pasado 13 de febrero, en agradecimiento, al recibir el premio Joaquín Soler Serrano por toda su trayectoria profesional, conceden de forma conjunta la Academia de Radio y la Academia de Televisión, quiso poner de manifiesto las vueltas que da la vida, como reflexión a todo lo vivido que no ha sido poco. Pues el premio lleva el título de uno de los grandes del periodismo Joaquín Soler Serrano, que en 1962 estando como locutor en la cadena SER informó sobre la riada del Bajo Llobregat, aunque mayor mérito tuvo el hecho de haber coordinado desde el poder y responsabilidad confiere un micrófono toda una campaña de ayuda a los damnificados por la catástrofe, entre los que se encontraba la propia Concha y su familia. Si Joaquín Soler Serrano contribuyó como tabla de salvación cuando Concha todavía era una niña, cincuenta años después a través del premio que lleva su nombre será quien le gratifique a modo de reconocimiento por toda su meritoria carrera profesional.

   

Concha es una periodista de gran preparación, talento y profesionalidad, que desprende desde la sobriedad de su imagen en televisión una belleza y erótica natural, a la que hay que sumar su magnífica voz, dotando de la frescura y carisma necesario a la radio. Ha sabido reinventarse como pocos para estar presente hasta hoy día en el quehacer mediático diario, sabiendo captar el interés informativo y ciudadano a parte de sobresalir con sus trabajos periodísticos, especialmente con sus entrevistas que se cifran en miles, y en las que siempre trató de descubrir la parte más interesante de sus entrevistados, tanto provinieran de las más altas instituciones, como la Reina Sofía que en su día pudo entrevistar para El País, pasando por presidentes de gobierno, mandatarios internacionales de toda índole, como personalidades del mundo del arte, el espectáculo, la ciencia o el conocimiento y, por supuesto, de la propia calle, gente anónima que ha destacado por algún motivo.

Cuando todavía era una niña su destino vino marcado por la tragedia de la riada del Bajo Llobregat. Después de sobrevivir a la riada perdiéndolo todo, y de vivir varios años en unos barracones de madera construidos para los damnificados por dicha catástrofe. Ella y su familia tienen la oportunidad de trasladarse a Ibiza y así comenzar una nueva vida, poco a poco se van labrando su porvenir así como habituándose a su nuevo entorno. Concha siendo muy joven no tuvo más remedio que compaginar los estudios con el trabajo en las tiendas de ultramarinos y souvenirs regentaron sus padres en la isla, ayudando de esta forma a la economía familiar. Aunque comienza los estudios de Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona, no está convencida del todo pueda dedicarse al periodismo, y en una especie de ataque por el estudio opta por compaginar con otras carreras como Ciencias Económicas y Filología que no consigue finalizar. Fue durante el último año de carrera de periodismo cuando le llega una oferta para trabajar en Radio Popular (actual cadena COPE) de Ibiza en la que permanece durante cinco años a la vez que colaboraba con el diario Última Hora.

Concha García Campoy en una de sus primeras apariciones en TVE..

Al abrirse el Centro regional de TVE en las Islas Baleares, hubo unas oposiciones a las que Concha se presentó y por las que obtuvo el número uno de su promoción. Al poco tiempo de ingresar y tras conocer a Fernando G. Delgado por entonces director de Radio 3. Este habló de ella al entonces director de informativos de TVE Enrique Vázquez, el cual la llamaría para realizar unas pruebas de cara la renovación de rostros se pretendía llevar a cabo en los Telediarios bajo mandato del entonces director general de RTVE José María Calviño. Aunque no consiguió pasar en un primer momento, al año siguiente, estando como director de informativos Enric Sopena, la llaman para presentar el Telediario 1ª Edición, junto a Manuel Campo Vidal. Una etapa en los informativos de TVE que se caracterizó por la incorporación de nuevos rostros, además de Concha se sumaron otros como el de Ángeles Caso, María Escario, Elena Sánchez, Manuel Campo Vidal, Paco Lobatón o Carlos Herrera, abriendo así el camino a jóvenes promesas del periodismo a la vez que se dotaba de mayor frescura y cercanía a los Telediarios.

Concha García Campoy en su debut en el Telediario 1ª edición de TVE, 1985.

  

Concha contaba con sólo veinticinco años cuando asume la presentación del Telediario. Su traslado a Madrid no fue tan traumático gracias a que nunca se sintió sola, tuvo el apoyo de Fernando G. Delgado, su verdadero descubridor, que junto a sus compañeros, todos jóvenes y novatos a igual que ella en todo aquello hizo que le resultase mucho más fácil y agradable. Fueron tres años de felicidad en informativos que en todo momento asimiló bien y supo aprovechar al máximo, siendo consciente de la enorme popularidad y promoción para su carrera le reportaría.

 

Concha García Campoy presentando el programa Mira 2 de TVE.

Una etapa en televisión que pudo compaginar con la radio, pasando a asumir en 1986 la dirección de Las mañanas de Radio 1 tras la salida para la cadena SER del que era su director Julio César Iglesias, y que supuso su primera experiencia dirigiendo un equipo. Al poco tiempo desde la cadena SER se fijaron en ella y le ofrecieron la dirección y presentación de las mañanas del fin de semana, una franja que Concha reinventó  y lideró con el programa A vivir que son días (1988-1994) consiguiendo en 1989 un premio Ondas, una Antena de Plata y un Micrófono de Oro. Entre medias vuelve a televisión, en esta ocasión dirigiendo y presentando el programa Mira 2 un espacio de actualidad basado en el formato francés Sept sur Sept (Siete sobre Siete) para la segunda cadena de TVE, en el que dos conocidas personalidades aportaban su punto de vista sobre varios temas de actualidad que eran presentados a través de un reportaje.

Cuando el grupo PRISA se hace con Antena 3 Radio y hasta su absorción, Concha asume la dirección y presentando de la mañanas con el programa Días de radio. Finalizado recibe una propuesta interesante por parte de Onda Cero, consistía en abrir una franja en la noche a un nuevo tipo de programa alternativo a los espacios deportivos, yendo de once a dos de la madrugada, el programa en cuestión fue Noches de Radio en el que permaneció durante un año hasta que le ofrecen dirigir y presentar el programa informativo y de tertulia política La Brújula de ocho a doce de la noche en sustitución de Ernesto Sáenz de Buruaga, labor que la ocupó desde 1996 a 1999. A partir de 1999 Onda Cero le ofrece dirigir las mañanas del domingo de ocho a una del mediodía con  el magacine Hoy es domingo (1999-2004), el mismo año en que regresa a la televisión, en este caso a Telecinco, con la presentación del espacio La gran ilusión dedicado al cine español, que permaneció en antena hasta 2002.

Concha García Campoy presentando La gran ilusión en Telecinco.

En 2004 Luis del Olmo decide ficharla para la nueva emisora Punto Radio que había creado, pasando a ocuparse del magacine de tarde Campoy en su punto. Ese mismo año la pudimos ver de nuevo en TVE presentando el especial Nuestra mejor canción, dos programas en los que se eligió la mejor canción española de los últimos cincuenta años en base a un ranking de canciones elaborado con las votaciones de los telespectadores, y del que salió vencedor el tema Mediterráneo de Serrat.

Concha García Campoy en Las mañanas de Cuatro.

A partir de 2006 la cadena Cuatro la ficha para presentar el magacine matinal Las mañanas de Cuatro permaneciendo en él hasta que la cadena pasa a formar parte del grupo Mediaset a finales de 2009.

Concha García Campoy en Informativos Telecinco Matinal.

Momento a partir del cual se le ofrece la presentación del informativo matinal de Telecinco, en el que estuvo hasta 2012 cuando se le diagnostica un cáncer de leucemia. Desde el primer momento en que supo de su enfermedad, consideró que lo mejor era no ocultarlo con el fin no sólo de callar posibles rumores, también dar visibilidad a una enfermedad que por muy dura pueda resultar se le puede hacer frente y superar.