Alaska, a su bola.

Olvido Gara más conocida como Alaska, no puede decirse que sea un nombre artístico al uso con el que ocultar su verdadera personalidad, sino que es el nombre que ha deseado tener desde que era muy joven. Porque, ante todo, Alaska siempre ha hecho gala de su diferencia y deseo por mostrarse como es y como quiere que los demás la vean, sin importarle el que dirán. Una personalidad que viene marcada desde su infancia en Mexico por los personajes de algunas series de televisión con las que creció como Herman y Lily Monster de La familia Monster, Mr. Spock de la serie Star Trek, David Cassidy conocido actor y cantante ídolo de adolescentes en los 70, también algunas películas como El Santo, o cantantes como su admirado Raphael, entre otros. 

Alaska y Los Pegamoides.

El cambio más importante de su vida se produce cuando se traslada a vivir a Madrid junto a su familia, con apenas once años. Las nuevas amistades que hace en sus visitas al Rastro marcan el camino de su afición por los comics y publicaciones como Gay Rock en las que descubre a nuevos ídolos como David Bowie o Lou Reed. También sus estudios de esteticista harán que se interese por la estética glam, o el hecho de frecuentar la sala Rock Ola incipiente de una cultura alternativa y transgresora que se conoció como La Movida, de la cual pasaría a convertirse en su musa, contribuyeron de forma decisiva a su transformación como Alaska. De aquel grupo punk de lo más irreverente llamado Kaka de Luxe del que formó parte junto a Nacho Canut y Carlos Berlanga, pasando por Alaska y Los Pegamoides y Alaska y Dinarama surgieron algunas de las canciones que marcaron a la generación más gamberra y rebelde de los 80, convertidas a su vez en auténticos himnos para colectivos como el homosexual, entre las que cabe recordar: Horror en el Hipermercado, Cómo pudiste hacerme esto a mi, Ni tu ni nadie, Un hombre de verdad, A quién le importa, Mi novio es un zombie, etc.

Sin embargo, su carrera artística ha tenido continuos altibajos que le han enseñado a sobrevivir y reinventarse en cada momento sin dejar de ser ella misma. Una transformación estética y artística en continua evolución que tiene su última expresión en Fangoria, la experiencia artística más longeva, con la que lleva más de veinte años al lado de Nacho Canut, otro de los supervivientes de La Movida. Si bien, los más críticos de un tiempo a esta parte le vienen achacando cierto aburguesamiento al primar más su imagen de diva del pop frente a lo que en su día entrañó de canalla y libre.

Fangoria.

Lo cierto es que Alaska es difícil de catalogar, aunque algunos se hayan empeñado en hacerlo, y sin que le haya importado lo más mínimo, pues entre sus principios está no prejuzgar a la gente por su aspecto. Acérrima defensora antitaurina, de la cirugía estética, amante del culturismo y de cualquier expresión contra natura, apasionada de la Historia y la Antigüedad. Se confiesa mitómana y devoradora de la prensa de papel couché, gusta del exceso y lo prohibido, bastante fotofóbica, misántropa y detesta todo lo que guarda relación con el mundo de lo hetero, pues presume de que sus mejores amigos todos son putas y maricones.

Sabedora que cada vez resulta más complicado sacar adelante un nuevo trabajo discográfico y vivir exclusivamente de la música, no le han dolido prendas si para cubrir los costes de sus producciones musicales ha tenido que ejercer de empresaria o DJ, ni tampoco someterse a una sobre exposición con tal de promocionar cada nuevo trabajo discográfico. La televisión sin duda ha sido muy importante en su proyección musical, a la que ha sabido sacar todo partido. Si bien, sus primeras apariciones televisivas casi parecían responder más a un reclamo por su aspecto físico que artístico. Significativa fue su intervención en Estudio Abierto de José María Iñigo , como su participación como concursante junto al Fary en una edición especial del Un, dos, tres... dedicado al disco. Sin embargo, más que perjudicarla esa imagen de estrafalaria, con el tiempo le ha favorecido, adquiriendo un cierto status al ganarse el favor y respeto del público en general, siendo habitual verla de colaboradora de programas y debates de diversa índole, dado su inteligencia y poder de convicción a la hora de transmitir pensamientos y actitudes entre la gente que aunque pudieran resultar radicales y antisociales, consiguió fuesen vistos y asimilad0s con naturalidad por la mayoría.

Alaska junto a Hada Truca, su representación como electroduende en La bola de cristal.

Su consagración dentro del panorama musical español se produjo a partir de 1984, coincidiendo con su etapa en Dinarama. A lo que resultó determinante el hecho de que Lolo Rico le propusiera ser la imagen representativa de La bola de cristal, un nuevo espacio televisivo de carácter innovador, cierto tono satírico y trasgresor pensado para un público infantil y juvenil, cuya emisión tendría lugar los sábados por la mañana en TVE1.

Alaska en una recreación de la sección El librovisor.

Una propuesta que lejos de ocasionar temor o rechazo entre el público más joven, hizo de Alaska su ídolo, al llamar su atención por su aspecto e indumentaria, como por el repertorio musical realizó para el programa, comenzando por la canción Abracadabra con la que abría La bola de cristal, además de su participación junto a Miguel Ángel Valero en una de las secciones del programa llamada El librovisor, en la que se trataba de desmitificar a través de una serie de versiones actualizadas a las grandes obras y personajes de los cuentos a través de una serie de historietas protagonizada por ambos. Para más tarde homenajear al mundo de los clásicos de la literatura, las telenovelas o el cine de terror a través de sketches protagonizados también por Alaska pero esta vez acompañada por Pedro Reyes, Pablo Carbonell o Fedra Llorente, ya en los últimos años derivó en una sección destinada a criticar los ámbitos de la cultura con El circo de la cultura, con la incorporación de nuevos actores, así como una parodia de personalidades del momento en Vidas ejemplares.

Alaska como presentadora del programa Carta Blanca de La 2, 2006.

Una faceta como presentadora que tendría ocasión de repetir ocasionalmente en diferentes espacios como La tarde de TVE1 en 1987, en el programa de magia Chantatachán que presentó junto a Juan Tamariz en Telemadrid a principios de los 90, una emisión del programa de La 2 Carta Blanca en 2006, o la gala de preselección del representante a Eurovisión de 2009. También fue jurado durante varias ediciones del programa Lluvia de estrellas en el que cada semana y junto a Martirio o Lauren Postigo valoraba cuánto se parecían a sus ídolos sus imitadores.

Alaska en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, 1980.

Por otro lado reseñar sus pinitos en el mundo del cine, ya sea poniendo la banda sonora a algunas películas como La lengua asesina de Alberto Scianma o El lunes puede esperar de Manuel Toledano, o bien como actriz con un papel protagonista en el que fue el primer largo de Pedro Almodóvar Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón 1980, en el que hacía de una adolescente lesbiana, borde y sadomasoquista. También formó parte del reparto de la comedia fantástica Sólo se muere dos veces 1996 de Esteban Ibarretxe, donde interpretaba a Lucrecia, la dueña de un local encargada de contratar a gente para sus representaciones, o su participación en Airbag 1997 de Juanma Bajo Ulloa. En televisión la pudimos ver en series como Hermanos de Leche haciendo de una médium, en el El botones Sacarino basado en el cómic de Paco Ibáñez con el personaje de Dorita, o en Periodistas.

Alaska y Mario.

Desde 2011 viene protagonizando junto a su marido Mario Vaquerizo el reality Alaska y Mario para la cadena MTV, en un intento de mostrarnos la parte más insospechada de ambos, así como todo el entorno vital les rodea,  que lejos de intentar desmitificar su imagen pública ha terminado por convertirles en una de las parejas de moda del momento.

Alaska y Coronas.

Desde febrero de 2014 presenta en La 2 junto al humorista Javier Coronas el talk show Alaska y Coronas, una pareja imposible pero con el sentido del humor y carisma suficiente con el que acercar a un telespectador inquieto y exigente algo diferente a lo que se suele hablar y ver en televisión.