sábado, 26 de marzo de 2011

Verónica Forqué, una actriz con encanto.


A Verónica Forqué sin duda hay que agradecer por ser una de las actrices que mejor ha bordado el papel de mujer ingenua, sabiendo sacar el mayor partido a sus interpretaciones gracias a su gran vis cómica, aunque conllevara un cierto encasillamiento. Aún así, sus personajes no dejaron de estar llenos de matices, resultando más complejos de lo que en principio cabría suponer, pues aparte de su forma de hablar graciosa y carácter ingenuo, ha sabido imprimir en muchos de ellos una carga sexual, atrevimiento y descaro que los ha convertido en verdadero objeto de deseo.

Verónica Forqué acompañando a su padre, José María Forqué, durante un rodaje.

Verónica Forqué siempre ha hecho lo que quiso, aunque para ellos tuviese que contrariar muchas veces los deseos de su padre, el reconocido director de cine José María Forqué, el cual tuvo siempre como principal referente. En su madre encontró el apoyo necesario, especialmente en los momentos de mayor flaqueza, como cuando le acercó a la meditación trascendental sirviéndole de gran ayuda para superar su nerviosismo padeció durante su juventud.


Verónica Forqué comenzó a estudiar la carrera de psicología, por ser del gusto de su padre, pero lo dejó al poco tiempo porque lo que la apasionaba era el teatro, y decide formarse como actriz en la Escuela de Arte Dramático. Estudios que al poco tiempo también abandona, en el momento en que comienza a recibir ofertas para actuar en teatro. Su debut en el cine tiene lugar con la película de Jaime de Armiñán, Mi querida señorita 1972, a la que siguió su participación en varias películas de su padre.

Verónica Forqué en el personaje de Cristal en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, 1984.

Pero sus mayores reconocimientos vendrían de la mano de Pedro Almodóvar con ¿Qué he hecho yo para merecer esto? 1984, considerada por algunos como una de las mejores películas del cineasta manchego. Una tragicomedia que narraba la historia de una sufrida madre y ama de casa interpretada por Carmen Maura, con marido taxista y suegra tacaña y teniendo como vecina a una prostituta y heroinómana, la entrañable Cristal personaje que interpretó la propia Forqué, y que sin duda, marcó gran parte de la carrera profesional de la actriz. Le siguieron otros títulos con Almodóvar como Matador 1986 en la que hacía de periodista y, ya en 1993, con Kika en el papel protagonista de una maquilladora optimista y positiva, lo cual le valió el Goya a la mejor actriz protagonista.

Verónica Forqué en Kika, 1993.

Aparte de Almodóvar otros directores confiaron de ella para algunos de los títulos más representativos del cine español. Es el caso de Fernando Trueba en Sé infiel y no mires con quien 1985, El año de las luces 1986; también el de Fernando Colomo en La vida alegre 1986 y Bajarse al moro 1988; el de Gomez Pereira en Salsa Rosa 1991, o ¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir, sexo? 1992 y Reinas 2004, entre otros. También hay que destacar sus trabajos para el que es su marido y director de cine, Manuel Iborra, en títulos como El tiempo de la felicidad 1996 y La dama boba 2005, aparte de haberla dirigido en varias ocasiones en series de televisión.


Secuencia de La vida alegre, 1986 con Verónica Forqué y Antonio Resines como protagonistas, conformaron una de las parejas en la ficción de mayor éxito del momento. A Verónica dicha interpretación le valió un Goya como mejor actriz protagonista.

De igual forma que vivió una época dorada en el cine durante los ochenta y principios de los 90, siendo una de las actrices españolas que más premios Goya ha recibido, un total de cuatro. En televisión también ha tenido sus momentos más gloriosos gracias a su participación en unas cuantas series. Se inicia en el mundo televisivo a través de los dramáticos de TVE, participando en varias comedias como Nosotros, ellas y el duende, La cigüeña dijo sí, o la obra La fierecilla domada. Su incursión en las series comenzaría por su participación en la obra que su padre, José María Forqué, realizó para TVE en 1982 sobre la vida del científico español, Santiago Ramón y Cajal, y donde Verónica Forqué interpretó a la esposa del científico español, Silveria Fañanás García.

María José Alfonso, Verónica Forqué, Luisa Sala y Vicente Parra protagonizaron la serie Platos Rotos, 1985.

Pero sería con la comedia de situación Platos Rotos 1985 donde conseguiría el cariño del público por su personaje de Loli, una chica un tanto ingenua y vecina de Carmen (María José Alfonso), una mujer de mediana edad e independiente que decide afrontar una nueva etapa en su vida tras ser abandonada por su marido. Deberá sacar adelante a su madre Julia (Luisa Sala) y su hija Mariel (Yolanda Ventura) así como el restaurante que regentaba con su esposo. La serie  de trece episodios de media hora de duración estaba escrita por Joaquín Oristrell y dirigida por Carlos Serrano.

Verónica Forqué y Antonio Resines interpretaban a una pareja que decide montar una agencia matrimonial.

Repetiría años más tarde con un personaje similar al de Loli de Platos Rotos en la serie Eva y Adán, agencia matrimonial 1990. En esta ocasión, su personaje de Eva era el de una joven que ha salido del convento teniendo la plena convicción de que su misión en la vida es promover la felicidad entre sus semejantes a través del amor de pareja. Por ello y junto a su socio Bruno (Antonio Resines), establece una agencia matrimonial. Asistidos por Luisa (Chus Lampreave), deberán hacer frente a todo tipo de situaciones rocambolescas. La serie contó con veintiséis episodios y fue escrita por José Luis Alonso de Santos y dirigida por Francisco Montolio. Entre los actores habituales de la serie estaban Chus Lampreave, Jesús Bonilla, Adriana Ozores o Florinda Chico. Aprovechando el tirón tuvieron tanto ella como Resines en Eva y Adán les llevaría a repetir de nuevo, y bajo la dirección de su marido Manuel Iborra, en uno de los capítulos de la  segunda etapa de la serie producida por Fernando Trueba, La mujer de tu vida, titulado La mujer vacía.


Un par de años más tarde, Manuel Iborra y Verónica Forqué repetirían de nuevo con la serie Pepa y Pepe, convirtiéndose en uno de sus mayores éxitos. La serie narraba la historia de una familia de clase trabajadora, cuyo matrimonio formaba Pepa (Veronica Forqué) un tanto soñadora, misteriosa y amante de la libertad pero por encima de todo estaba su familia y Pepe (Tito Valverde) más realista, sobreprotector con sus hijos y fascinado con el fútbol. Pero a pesar de las diferencias de carácter y disputas se necesitaban el uno al otro. Aparte estaban sus tres hijos también muy diferentes entre sí, María (María Adánez) quería ser artista, Clara (Silvia Abascal) era la más rebelde y Jorge (Carlos Vilches) pasaba más desapercibido. Además estaba Julia (Isabel Ordaz) que era la mejor amiga de Pepa. Su estreno tuvo lugar el 10 de enero de 1995, alcanzando un total treinta y cuatro capítulos a lo largo de dos temporadas. Tuvo un enorme éxito, llegando a alcanzar cerca de seis millones de telespectadores.

Secuencia de la serie La vida de Rita.

No será hasta 2004 cuando de nuevo y bajo las órdenes de su marido, Manuel Iborra, participe en la serie La vida de Rita. Una comedia diferente al prototipo de comedia española solía hacerse, caracterizada por unos personajes complejos y fascinantes, cuidada producción, que escapaba de la sensiblería, chiste fácil y tópicos recurrentes a los que nos tienen acostumbrado la gran mayoría de comedias españolas.  La vida de Rita estaba centrada en la amistad de tres amigos poseen un bar y restaurante. Rita (Verónica Forqué) es una divorciada y romántica empedernida que vive con sus dos hijas: Berta (María Vázquez) una joven apasionada de la vida y Leonor (Macarena Gómez), adoptada y con ciertas deficiencias mentales y físcicas que no le impiden ser la más lúcida y tierna de la familia. Rita comparte su tiempo y su negocio con dos hermanos: Samuel (Juan Echanove), eterno enamorado de Rita y puntilloso cocinero del restaurante; y Cucho (Pepón Nieto), trompetista fracasado de mal caracter al que sin embargo resulta imposible odiar. Estos viven con su padre Fernando (Agustín Gonzalez), un gourmet de excepción y seguidor de la obra de John Houston, a través de la cual trata de dar lecciones sobre la vida. Sin embargo, no fue bien recibida por el público siendo retirada del prime time de TVE1 para emitirse por La 2.

Verónica Forqué y Miguel Rellán en La abeja reina, 2009-2010.

En estos últimos años Verónica Forqué está más volcada en el teatro, por aquello de que ya no la llaman para hacer cine, y lo que le ofrecen en televisión no le interesa demasiado. Volver al que considera su mundo, el teatro, donde se inició como actriz, y de la mano de Nuria Espert en la obra Divinas palabras 1975, es lo que hoy día más le llena. Fueron varias las obras teatrales de éxito que ha ido intercalando a la vez hacía cine y televisión, por citar algunas, señalaré Sublime decisión 1984, Ay, Carmela 1987, esta última volvió a representar en 2006 bajo las órdenes de Miguel Narros aparte de hacer un Estudio 1 para TVE sobre la misma. También hay que destacar su debut como directora teatral con La tentación vive arriba 2000 y que años más tarde repetiría con la obra Adulterios, volviendo a tocar el tema de la infidelidad como tema principal. Uno de sus últimos trabajos y bajo la dirección de Miguel Narros, su director fetiche en estos últimos años, es la obra La abeja reina, en la que Verónica interpreta el personaje de una mujer obsesionada con la idea de envejecer, aparte de ser muy frívola, egoísta y mala madre.

domingo, 13 de marzo de 2011

Documentos TV, 25 años con los mejores documentales de actualidad.


Documentos TV lleva veinticinco años marcando la pauta del documental de actualidad bien hecho, con un planteamiento en profundidad de los temas de máximo interés y ofreciendo aquellas historias más conmovedoras y a veces polémicas, ante las que no cabe la indiferencia, aparte de incitarnos a la reflexión en un intento porque podamos comprender mejor el presente del ser humano, sirviendo a la vez de adelanto a su futuro. Todo, gracias a la buena elección y criterio de una serie de profesionales de TVE, capaces de rastrear entre los mejores documentales de actualidad internacionales del momento.

Cabecera del primer Documentos TV, con música de la BSO de París, Texas.
  
Documentos TV es de esos programas imprescindibles con el que debe contar cualquier televisión pública que precie ser considerada como tal. Pero en todos estos años el camino no ha sido fácil, no sólo tuvo que sortear los vaivenes en la parrilla ha padecido por parte de los programadores, también ha tenido que hacer frente a la presión de grupos y multinacionales para poder permanecer fiel a su cita semanal  desde aquel 29 de abril de 1986 en el que se estrenó con un reportaje sobre el rey Juan Carlos, una coproducción con la BBC.

Despedida de Pedro Erquicia de sus telespectadores.

Documentos TV aunque la mayoría identifiquemos con Pedro Erquicia, sin embargo, fue el periodista y escritor Miguel Veyrat, maestro del “Nuevo periodismo” y cuya carrera ha estado vinculada al periodismo internacional, quien lo pone en marcha y dirige durante sus primeros años. A principios de los 90 es cuando Pedro Erquicia asume la dirección y presentación, años en los que Documentos TV alcanza su madurez erigiéndose como uno de los programas emblemáticos de TVE a la vez que se abre a la producción documental nacional. Con la jubilación de Erquicia en 2008 toma su testigo Manuel Sánchez Pereira, su actual director.

Han sido más de mil los documentales emitidos por Documentos TV a lo largo de estos 25 años. Si cabe destacar uno, por la enorme repercusión social y política ha tenido en nuestro país, ese fue el que narró la situación de miles de niñas abandonadas en los orfanatos chinos.

En coincidencia con el vigésimo quinto aniversario del programa, su actual equipo se ha propuesto celebrar dicha efeméride de una manera muy especial y que sin duda será del agrado de sus fieles seguidores. Durante este mes de marzo y hasta el 17 de abril se colgará en la web del programa los veinticinco mejores documentales de una selección en la que se eligió uno por año de emisión y que llevó a cabo el equipo del programa para después ser sometido a votación popular lo que permitirá elegir los cuatro mejores documentales de la historia de Documentos TV, y que pasarán a ser emitidos de nuevo. Aparte, se está confeccionando el que será el documental conmemorativo de sus veinticinco años de emisión. De momento se está barajando como título provisional “2036, una visita de futuro” y que vendrá a reflejar los cambios científicos, tecnológicos y sociales que esperan a la humanidad en los próximos veinticinco años. A la vez que se hace coincidir con la fecha en que los astrónomos habían previsto que sería el año en que el asteroide Apophis impactaría contra la Tierra, una probabilidad que se ha ido reduciendo pero que no ha desaparecido del todo.

sábado, 5 de marzo de 2011

Ana Diosdado, una mujer de talento.


Este Inolvidable va dedicado a una de las mujeres más prolíficas del panorama artístico español, destacando no sólo como actriz sino también como reconocida guionista, dramaturga y directora teatral aparte de novelista, siendo la escritura su verdadera pasión. Como actriz, su paso por la pequeña pantalla fue un tanto fugaz, sin embargo, dejó una huella profunda difícil de borrar especialmente con dos personajes memorables que seguro más de uno recordará, el de Lola en Anillos de oro o el de Pilar Beltrán en Segunda enseñanza. Me refiero, como no, a Ana Diosdado.


Ana Diosdado, es de esas personalidades completas y comprometidas donde las haya, que merece la pena descubrir y resaltar hoy día, quién mejor que ella para poner en valor el oficio de actor, frente a aquellos que parece ya han ganado tal merecimiento por el simple hecho de ser mediático o supuestamente popular, aunque para ello haya que rebajar la profesión hasta el punto de que la vocación, el esfuerzo y el talento, es ya lo de menos.


Ana Diosdado nace en Buenos Aires en el seno de una familia dedicada al mundo de la interpretación, con sólo cinco años se inicia en el teatro con la obra Mariana Pineda en la compañía de Margarita Xirgú. Ya en España, empieza a trabajar en la compañía de su padre a la vez que compagina con sus estudios. Comenzada la carrera de Filosofía y Letras decide abandonar por la escritura, presentándose al premio Planeta en un par de ocasiones llegando a ser finalista en 1964 con la novela En cualquier lugar, no importa cuándo. Su inicio como autora teatral tiene lugar adaptando textos de importantes autores extranjeros, en aquel momento era la mejor forma de sortear la censura franquista. En 1970 escribe su primera obra teatral Olvida los tambores, uno de sus mayores éxitos que le valió el premio Maite y el Foro Teatral. Una constante en la carrera de Ana Diosdado ha sido su gran implicación en cada proyecto se propuso, llevándola a formar su propia compañía a la vez que dirigir e interpretar en muchas ocasiones a los personajes creados por ella misma. Y lo mismo ocurrió con sus trabajos para televisión, no sólo responsabilizándose de los guiones sino también protagonizando los personajes principales de sus obras. Así la pudimos ver en la que fue su primera serie televisiva, Yo, la juez, 1972. En 1974 escribe el guión y protagoniza junto a Jaime Blanch la serie Juan y Manuela. Pero será el tándem Masó & Diosdado el que mayores y mejores resultados podría dar con dos series emblemáticas de los 80, Anillos de oro 1983 y Segunda enseñanza 1986, donde la propia Diosdado aparte de escribir los guiones interpretó los personajes protagonista, valiéndole importantes premios y reconocimiento no sólo en España sino también incluso fuera de nuestras fronteras, especialmente en el mundo de habla hispana y EE.UU.


TVE decide a principios de los 80 llevar a cabo un proyecto de serie que había sido presentado años atrás por la propia Diosdado y que hasta entonces habían rechazado, y gracias a la implicación de Pedro Masó, uno de los realizadores mejor considerados del momento, lograron por fin convencer a TVE sobre la oportunidad para contar la historia de Lola (Ana Diosdado), una abogada que retoma la profesión después de años dedicada a su familia y Ramón (Imanol Arias), un joven abogado, un tanto soñador y amigo del marido de Lola, deciden montar un despacho especializado en causas matrimoniales, por el que pasaron toda una serie de parejas con historias de lo más variopinto, claro reflejo de la sociedad del momento y aprovechando la coyuntura política, pues se había aprobado recientemente la ley del divorcio, se tocaron temas un tanto atrevidos, teniendo en cuenta que la conciencia social anterior todavía estaba muy arraigada, como el adulterio, el aborto o la homosexualidad, que mezclado con la historia romántica vivieron sus dos principales protagonistas,  no sólo se consiguió que las historias contadas desde la sencillez y sinceridad tocasen la fibra sensible del telespectador, sino que permitió catapultar al estrellato a sus dos actores principales por su magnífica interpretación, convirtiendo a Imanol Arias en el galán por antonomasia y a Ana Diosdado en una de las actrices más convincentes del panorama televisivo.

Mítica cabecera y sintonía de la serie Anillos de oro, 1983

Aparte la serie contó con un gran reparto de actores de primera fila que junto al excelente equipo técnico entre los que figuraban nombres como Gil Parrondo en escenografía o la magnífica banda sonora compuso Antón García Abril, llevó a Anillos de oro convertirse en una de las mejores y más recordadas series de la historia de la televisión en España. En total fueron 13 episodios que TVE emitió los viernes después del Un, dos, tres...responda otra vez.


Debido al enorme éxito de Anillos de oro, el realizador Pedro Masó y la actriz y guionista Ana Diosdado repetirían años después con otra serie, Segunda enseñanza 1986, y donde la música volvería a correr a cargo de Antón García Abril. Segunda enseñanza supuso que por primera vez una serie española girase entorno al mundo de la enseñanza, grabada entre Oviedo, Gijón y Luarca como principales escenarios, se nos contó la historia de Pilar Beltrán, madre soltera y profesora de Historia que toma la decisión de mudarse a Oviedo junto a su hija Elvira (Cristina Marsillach), que trabaja como modelo, abandonando su ciudad natal, Madrid.


El ambiente del colegio, las relaciones de la profesora con su hija, su implicación con las problemas, dudas, inquietudes y alegrías con sus alumnos y familiares constituyen el marco en que se desarrollan los argumentos de cada capítulo, encontrando en Jandro, el director del colegio, el sentido a su vida. Sin embargo, a diferencia de Anillos de oro pasó mas inadvertida para el telespectador, no así en EE.UU. que fue elegida entre las diez mejores series del año.


En cualquier caso, aquellos que pudimos seguir difícilmente olvidaremos y en nuestra memoria quedarán grabadas para siempre secuencias tremendamente duras y emotivas como la de aquel chico interpretó Jorge Sanz que bajo la continua presión de sus padres por hacer de él el hijo perfecto se suicida o el de una chica de buena familia drogadicta y su novio más humilde pero buena persona que pagaba todas las consecuencias. Historias contadas, a igual que Anillos de oro, con la mayor sencillez y sensibilidad. Aparte que esta serie también contó con un amplio reparto de actores de primera fila como Encarna Paso, Héctor Alterio, Juan Diego, así como, toda una cantera de jóvenes promesas Javier Bardem, Aitana Sánchez Gijón, Cayetana Guillén Cuervo, Juncal Rivero, Gabino Diego, Amparo Larrañaga, Silvia Marsó, Sonia Martínez, entre otros muchos.


Una vez finaliza la serie Segunda enseñanza, Ana Diosdado se centra en su carrera de escritora y dramaturga, destacando entre sus grandes éxitos, la novela, adaptada luego a obra de teatro, Los ochenta son nuestros, estrenada en 1988. Luego ha representado Camino de plata 1990, Cristal de Bohemia 1994 y La última aventura 1999. En 2001 fue elegida Presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de España, cargo en el que permaneció hasta 2007. Pertenece igualmente a la Asociación de Directores de Escena. Recientemente dos de sus obras de mayor éxito Olvida los tambores y Los ochenta son nuestros han sido reestrenadas.