A Verónica Forqué sin duda hay que agradecer por ser una de las actrices que mejor ha bordado el papel de mujer ingenua, sabiendo sacar el mayor partido a sus interpretaciones gracias a su gran vis cómica, aunque conllevara un cierto encasillamiento. Aún así, sus personajes no dejaron de estar llenos de matices, resultando más complejos de lo que en principio cabría suponer, pues aparte de su forma de hablar graciosa y carácter ingenuo, ha sabido imprimir en muchos de ellos una carga sexual, atrevimiento y descaro que los ha convertido en verdadero objeto de deseo.
Verónica Forqué acompañando a su padre, José María Forqué, durante un rodaje.
Verónica Forqué siempre ha hecho lo que quiso, aunque para ellos tuviese que contrariar muchas veces los deseos de su padre, el reconocido director de cine José María Forqué, el cual tuvo siempre como principal referente. En su madre encontró el apoyo necesario, especialmente en los momentos de mayor flaqueza, como cuando le acercó a la meditación trascendental sirviéndole de gran ayuda para superar su nerviosismo padeció durante su juventud.
Verónica Forqué comenzó a estudiar la carrera de psicología, por ser del gusto de su padre, pero lo dejó al poco tiempo porque lo que la apasionaba era el teatro, y decide formarse como actriz en la Escuela de Arte Dramático. Estudios que al poco tiempo también abandona, en el momento en que comienza a recibir ofertas para actuar en teatro. Su debut en el cine tiene lugar con la película de Jaime de Armiñán, Mi querida señorita 1972, a la que siguió su participación en varias películas de su padre.
Verónica Forqué en el personaje de Cristal en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, 1984.
Pero sus mayores reconocimientos vendrían de la mano de Pedro Almodóvar con ¿Qué he hecho yo para merecer esto? 1984, considerada por algunos como una de las mejores películas del cineasta manchego. Una tragicomedia que narraba la historia de una sufrida madre y ama de casa interpretada por Carmen Maura, con marido taxista y suegra tacaña y teniendo como vecina a una prostituta y heroinómana, la entrañable Cristal personaje que interpretó la propia Forqué, y que sin duda, marcó gran parte de la carrera profesional de la actriz. Le siguieron otros títulos con Almodóvar como Matador 1986 en la que hacía de periodista y, ya en 1993, con Kika en el papel protagonista de una maquilladora optimista y positiva, lo cual le valió el Goya a la mejor actriz protagonista.
Verónica Forqué en Kika, 1993.
Aparte de Almodóvar otros directores confiaron de ella para algunos de los títulos más representativos del cine español. Es el caso de Fernando Trueba en Sé infiel y no mires con quien 1985, El año de las luces 1986; también el de Fernando Colomo en La vida alegre 1986 y Bajarse al moro 1988; el de Gomez Pereira en Salsa Rosa 1991, o ¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir, sexo? 1992 y Reinas 2004, entre otros. También hay que destacar sus trabajos para el que es su marido y director de cine, Manuel Iborra, en títulos como El tiempo de la felicidad 1996 y La dama boba 2005, aparte de haberla dirigido en varias ocasiones en series de televisión.
Secuencia de La vida alegre, 1986 con Verónica Forqué y Antonio Resines como protagonistas, conformaron una de las parejas en la ficción de mayor éxito del momento. A Verónica dicha interpretación le valió un Goya como mejor actriz protagonista.
De igual forma que vivió una época dorada en el cine durante los ochenta y principios de los 90, siendo una de las actrices españolas que más premios Goya ha recibido, un total de cuatro. En televisión también ha tenido sus momentos más gloriosos gracias a su participación en unas cuantas series. Se inicia en el mundo televisivo a través de los dramáticos de TVE, participando en varias comedias como Nosotros, ellas y el duende, La cigüeña dijo sí, o la obra La fierecilla domada. Su incursión en las series comenzaría por su participación en la obra que su padre, José María Forqué, realizó para TVE en 1982 sobre la vida del científico español, Santiago Ramón y Cajal, y donde Verónica Forqué interpretó a la esposa del científico español, Silveria Fañanás García.
María José Alfonso, Verónica Forqué, Luisa Sala y Vicente Parra protagonizaron la serie Platos Rotos, 1985.
Pero sería con la comedia de situación Platos Rotos 1985 donde conseguiría el cariño del público por su personaje de Loli, una chica un tanto ingenua y vecina de Carmen (María José Alfonso), una mujer de mediana edad e independiente que decide afrontar una nueva etapa en su vida tras ser abandonada por su marido. Deberá sacar adelante a su madre Julia (Luisa Sala) y su hija Mariel (Yolanda Ventura) así como el restaurante que regentaba con su esposo. La serie de trece episodios de media hora de duración estaba escrita por Joaquín Oristrell y dirigida por Carlos Serrano.
Verónica Forqué y Antonio Resines interpretaban a una pareja que decide montar una agencia matrimonial.
Repetiría años más tarde con un personaje similar al de Loli de Platos Rotos en la serie Eva y Adán, agencia matrimonial 1990. En esta ocasión, su personaje de Eva era el de una joven que ha salido del convento teniendo la plena convicción de que su misión en la vida es promover la felicidad entre sus semejantes a través del amor de pareja. Por ello y junto a su socio Bruno (Antonio Resines), establece una agencia matrimonial. Asistidos por Luisa (Chus Lampreave), deberán hacer frente a todo tipo de situaciones rocambolescas. La serie contó con veintiséis episodios y fue escrita por José Luis Alonso de Santos y dirigida por Francisco Montolio. Entre los actores habituales de la serie estaban Chus Lampreave, Jesús Bonilla, Adriana Ozores o Florinda Chico. Aprovechando el tirón tuvieron tanto ella como Resines en Eva y Adán les llevaría a repetir de nuevo, y bajo la dirección de su marido Manuel Iborra, en uno de los capítulos de la segunda etapa de la serie producida por Fernando Trueba, La mujer de tu vida, titulado La mujer vacía.
Un par de años más tarde, Manuel Iborra y Verónica Forqué repetirían de nuevo con la serie Pepa y Pepe, convirtiéndose en uno de sus mayores éxitos. La serie narraba la historia de una familia de clase trabajadora, cuyo matrimonio formaba Pepa (Veronica Forqué) un tanto soñadora, misteriosa y amante de la libertad pero por encima de todo estaba su familia y Pepe (Tito Valverde) más realista, sobreprotector con sus hijos y fascinado con el fútbol. Pero a pesar de las diferencias de carácter y disputas se necesitaban el uno al otro. Aparte estaban sus tres hijos también muy diferentes entre sí, María (María Adánez) quería ser artista, Clara (Silvia Abascal) era la más rebelde y Jorge (Carlos Vilches) pasaba más desapercibido. Además estaba Julia (Isabel Ordaz) que era la mejor amiga de Pepa. Su estreno tuvo lugar el 10 de enero de 1995, alcanzando un total treinta y cuatro capítulos a lo largo de dos temporadas. Tuvo un enorme éxito, llegando a alcanzar cerca de seis millones de telespectadores.
Secuencia de la serie La vida de Rita.
No será hasta 2004 cuando de nuevo y bajo las órdenes de su marido, Manuel Iborra, participe en la serie La vida de Rita. Una comedia diferente al prototipo de comedia española solía hacerse, caracterizada por unos personajes complejos y fascinantes, cuidada producción, que escapaba de la sensiblería, chiste fácil y tópicos recurrentes a los que nos tienen acostumbrado la gran mayoría de comedias españolas. La vida de Rita estaba centrada en la amistad de tres amigos poseen un bar y restaurante. Rita (Verónica Forqué) es una divorciada y romántica empedernida que vive con sus dos hijas: Berta (María Vázquez) una joven apasionada de la vida y Leonor (Macarena Gómez), adoptada y con ciertas deficiencias mentales y físcicas que no le impiden ser la más lúcida y tierna de la familia. Rita comparte su tiempo y su negocio con dos hermanos: Samuel (Juan Echanove), eterno enamorado de Rita y puntilloso cocinero del restaurante; y Cucho (Pepón Nieto), trompetista fracasado de mal caracter al que sin embargo resulta imposible odiar. Estos viven con su padre Fernando (Agustín Gonzalez), un gourmet de excepción y seguidor de la obra de John Houston, a través de la cual trata de dar lecciones sobre la vida. Sin embargo, no fue bien recibida por el público siendo retirada del prime time de TVE1 para emitirse por La 2.
Verónica Forqué y Miguel Rellán en La abeja reina, 2009-2010.
En estos últimos años Verónica Forqué está más volcada en el teatro, por aquello de que ya no la llaman para hacer cine, y lo que le ofrecen en televisión no le interesa demasiado. Volver al que considera su mundo, el teatro, donde se inició como actriz, y de la mano de Nuria Espert en la obra Divinas palabras 1975, es lo que hoy día más le llena. Fueron varias las obras teatrales de éxito que ha ido intercalando a la vez hacía cine y televisión, por citar algunas, señalaré Sublime decisión 1984, Ay, Carmela 1987, esta última volvió a representar en 2006 bajo las órdenes de Miguel Narros aparte de hacer un Estudio 1 para TVE sobre la misma. También hay que destacar su debut como directora teatral con La tentación vive arriba 2000 y que años más tarde repetiría con la obra Adulterios, volviendo a tocar el tema de la infidelidad como tema principal. Uno de sus últimos trabajos y bajo la dirección de Miguel Narros, su director fetiche en estos últimos años, es la obra La abeja reina, en la que Verónica interpreta el personaje de una mujer obsesionada con la idea de envejecer, aparte de ser muy frívola, egoísta y mala madre.
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